EL BAILE EN “LOS TRES SALTOS” DE JIMENA (15.06.2017)

Posted on junio 15, 2017

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EL BAILE EN “LOS TRES SALTOS” DE JIMENA

Ignacio Trillo

Lindando con la casa de más abajo donde nací, estaba el salón de baile, “Los Tres Saltos”, bautizado así por nuestros lugareños porque tenía tres escalones muy empinados para entrar desde la calle.

Año 1891, calle San Sebastián donde se puede apreciar en la acera que está a mano izquierda donde se halla la señora, lugar donde se abriría el salón de baile de «Los Tres Saltos»,  que esa casa contigua no tiene puerta de salida, solo ventanales enrejados. Se trataba del Hospital la Misericordia para pobres cuya entrada estaba por la calle Larga. Fuente: Retratos de Jimena. Ediciones OBA.

Y es que las tres casas continuas, las dos citadas más la de más arriba, la de Juan León Luque “El Barbero”, formaban parte de un único inmueble que en los siglos XVIII-XIX fue destinado a dispensario sanitario para alojamiento gratuito de pobres enfermos, llamado Hospital de la Misericordia, con portal de entrada por la calle Larga, y al abrirse cada una de ellas a calle San Sebastián que goza de leve pendiente hizo que por su altura respecto al suelo firme obligara a tener esos elevados peldaños que había que superar, no sin cierta jocosidad, para entrar y salir de su interior.

Ana Espejo de la Chica año 1920

Año 1920. De joven, Ana Espejo de la Chica, más de tres décadas y media antes de que abriera el baile de «Los Tres Saltos» en Jimena. Foto: Retratos de Jimena. Tomo Iº. Ediciones OBA.

La dueña de «Los tres saltos”, con gran fuerza mental y carácter, era Ana Espejo de la Chica, nacida el once de abril de 1910, casada con Juan Gil Cano, que vio por primera vez la luz el doce de diciembre de 1909, ambos jimenatos.

Juan era hermano de Mariana, mujer del de la tienda y panadería existentes en las cuatro esquinas del barrio abajo, Luis Luque Huertas. También de Ángeles, la mujer de Juan León Luque, el barbero que vivía dos casas más arriba de «Los tres saltos».

El matrimonio Gil y Espejo tenía siete hijos (Andrés, Diego, Nieves, Mariana, Juan, Guillermo y Eulalia) Llegó a ese inmueble de la calle San Sebastián procediendo de la finca “Tres Ventas”, situada frente a Marchenilla, al otro lado del río Hozgarganta. 

Estaban hartos de trabajar la tierra para que vinieran otros espabilados y se quedaran con el fruto de sus esfuerzos. Como ciertos guardias civiles de entonces que llegaban a dicha finca al objeto de que les dieran parte de la cosecha: “para la Reina de los Ángeles”, era la excusa. Así ocurrió en varias ocasiones hasta que una mañana se plantó Ana Espejo, brotándole, con irreprimible genio, la frase: “He ido al Convento y he visto que la Reina de los Ángeles es de madera, y yo tengo a siete hijos que alimentar. No queda trigo para más nadie”. A partir de ahí, además debiéndoles dinero muchas gentes porque en aquel tiempo de penuria no había de donde pagar, temieron que el día menos pensado como represalia le reportara una tragedia a su familia.

Año 1958. Nieves Gil Espejo, hija del matrimonio que abrió «Los Tres Saltos». Fuente: Retratos de Jimena. Ediciones Oba

Y se desplazaron a la casa que tenían en Jimena a montar un negocio: un salón de baile. La alma mater, por su vehemencia y carácter, correspondió a Ana, que además no admitía que nadie le compitiera en la cocina. En los días de baile era famoso su tapeo, e incluso las chocolatadas que preparaba a la hora de la merienda, tras la cena o al filo de la madrugada cuando el cierre.

Por el contrario, su marido Juan, hombre introvertido y reservado, se encargaba de las bebidas. Caracterizado por una gran modestia, en el corto trato mostraba una especial sabiduría popular de origen autodidacta. Educó a sus hijos en la libertad para que hicieran en la vida lo que ellos consideraran oportuno. No había tenido significación política en la contienda civil. No obstante, cuando en las jornadas transcurridas haciendo la mili durante la posguerra en un campamento cercano a la capital gaditana  se enteraba  que habían fusilado a presos, se tiraba amargado varios días sin comer.

Año 1958. Grupo de jóvenes jimenatos en el salón de baile «Los tres saltos». En la escalera de subida a la segunda planta. Figuran delante y de abajo a arriba: Fermín León Díaz, Paco Carrión Moreno, Enrique Pajares Oncala, Fernando Núñez García, José López Sarrias, Andrés Plata Macías, Francisco Vallecillo Delgado. Detrás: Francisco Ávila Malagón, Diego Rocha Sánchez, Antonio Garrido Fernández y Andrés. Fuente: Retratos de Jimena. Ediciones OBA.

Los jolgorios bailongos más sonados de Jimena en el periodo que estuvo abierto «los Tres Saltos», desde el curso 1956-57 al inicio de 1964, se celebraron en ese salón. Correspondían a las fiestas de: San Juan, San Miguel, Navidad, justo antes de Cuaresma y el domingo de Resurrección. Algunas de estas festividades eran coincidentes con el retorno al pueblo tras meses de ausencia de los trabajadores del campo ante la terminación de las distintas cosechas agrícolas o de sus faenas en el campo o en el monte. En este espacio lúdico-musical se entremezclaban los muchachos y mocitos viejos con los que habían permanecidos en el pueblo.

Esa casa vecinal de “Los tres saltos” se atestaba de jóvenes varones vírgenes con vocación de juerguistas. Se salían de sí para conseguir separar a las muchachas o solteras mayores que bailaban juntas, de cara a echarse pareja, o al menos para bailar alguna que otra pieza, charlar un rato o intentar elevar la temperatura del libido en época de tanta represión y escasez de práctica sexual.

Y menudas borracheras eran las que cogían los muchachos; nada de puntitos como se dice ahora, sino auténticas tajadas a base de coñac, anís, machaquito, o mezclandolas. Cuando el café se juntaba con el coñac se llamaba “sol y sombra”, y si era la bebida gaseosa con ponche se denominaba, “medias combinaciones” o “un combinado” a secas. El cubata no estaba inventado todavía, ni la Coca-Cola había hecho acto de presencia en Jimena.

Lo introdujo posteriormente, así como la Fanta, José Castilla Ramos, el padre de los hermanos, José, Rafael y Manolo Castilla García, que, aparte de ser también representante de otras marcas de vino, igualmente llevaba él solo la delegación del Banco Español de Crédito. Vivía en calle Sevilla, enfrente de la Ferretería de Juan Ferrer Rodríguez, con cuyo titular por razones obvias de carácter político no se hablaba. Hoy esa tienda de utensilios metálicos y herramientas es el Museo de la Sauceda de la Memoria Histórica.

No era raro que en contadas ocasiones la fiesta acabara en reyertas, o dando porrazos en las mesas al son de la música más pachanguera.

Los que vivíamos al lado, la vivíamos con cierto temor hasta que finalizaba a la una de la madrugada. La casa temblaba ya que su forjado era común, sólo separada por los escuálidos tabiques de entonces. Temíamos que en un periquete todo se viniera abajo, como había ocurrido una vez con una de las medianeras por un fuerte temporal de viento de levante. Esas fiestas sí que contenían contaminación acústica…

Año 1959. Nieves Gil Espejo, Juana Rey de la Torre, Anita Rocha Sánchez y Adela Benítez Gómez, en el salón de baile de «Los tres saltos». Fuente: Retratos de Jimena. Ediciones OBA.

La orquestina que habitualmente amenizaba los bailes – aparte de un grupo musical que aparecía de higos a brevas procedente de la Ciudad del Tajo y que era inédito porque aparte de estar formado por músicos de la banda militar, traía una batería femenina- venía de la Línea de la Concepción. Estaba compuesta por un tamborilero que tenía como instrumento un inmenso bombo al que le acompañaba, en la parte baja, una gran bola amortiguada con tela que era empujado por el pié del músico para aporrear su pellejo. Además, en la parte alta del mismo círculo, había colocado un par de cencerros, un platillo y una pequeña caja. El personaje que tocaba la batería con sus palillos al son del redoble estaba sobrepasado en demasía de peso, alrededor de los 120 kilos en báscula, y llevaba un pequeño bigote, pareciéndose mucho al actor, Oliver Hardy, de las películas cómicas de Hollywood que hacía el papel de El Gordo. Llevaba repuestos de cuero y parches por si en tanto tocaba se rompía el bombo o la caja, hecho que ocurriría en más de una ocasión, suspendiéndose entonces el baile momentáneamente hasta su inmediato arreglo o reposición.

Además, el grupo contaba con un trompetista, un saxo y otro que tocaba el acordeón que lo sustituía a menudo por un violín.

Este último personaje, de nombre José Cano, con pinta de buena persona, presentaba su columna vertebral fuertemente encorvada. Le sobresalía en la espalda una acentuada joroba, a modo también de actor de cine pero del  personaje de la parisina película, “Notre Dame”, hecho que a los niños de Jimena nos llamaba mucho la atención porque no estábamos acostumbrados a observarlo como algo común. Se le veía siempre muy concentrado y enamorado de la música. Era tanto, que le olvidaba hacer descansos y tenía que acudir la co-dueña, Ana Espejo, al escenario para recordárselo, de cara a que la asistencia consumiera y se hiciera la suficiente caja para así poder pagarles.

Año 1962. Ana Coronil Sarrias, Pepe Bañón García, Domingo Gómez Meléndez y Milagro Sarrias Vargas. Fuente: Retratos de Jimena. Ediciones Oba.

Esta persona minusválida era el permanente entre los componentes del grupo y hacía las veces de director, mientras los demás miembros, de tarde en tarde, alternaban su presencia física en la orquestina, incorporándose a veces otros músicos nativos de Algeciras y San Roque. Gozaba de un gran respeto en el grupo. Le observábamos con atención cuando por las tardes, antes de empezar la noche de baile, nos dejaban entrar a los chiquillos para verlo ensayar, eso sí, siempre que guardáramos silencio y buenas composturas. Cuando tocaba el acordeón pareciera el instrumento más grande que él. Y cuando lo hacía con el violín lo sujetaba con su barbilla, ya que apenas tenía cuello.

También llegó a parecer por «Los Tres Saltos» una banda musical de muy buena calidad presidido por el músico de Tarifa, Agustín Pro.

Pasado un tiempo, para sorpresa, me enteré que ninguno de los músicos era profesional. Trabajaban en diversos oficios a lo largo de la semana, mientras los domingos y demás días de fiestas de guardar se dedicaban a tocar por los pueblos y así se aseguraban unos ingresos extras tan necesarios en ese periodo pleno de privaciones.

En una edad donde todo lo mitificábamos, cuando tuve conocimiento de que eso era así, a raíz de comentármelo mi gran amigo, José María Macías Sánchez, que había visto a uno de estos filarmónicos sirviendo de camarero en un bar de La Línea de la Concepción, se me vinieron abajo los palos del sombrajo. Otro mito de la infancia se me caía por los suelos. Creía que estos músicos serían unos señores muy reconocidos en la sociedad, como para tener dedicación exclusiva a la profesión y ajenos por tanto a cualquier problema de escasez en sus economías domésticas.

Año 1954. los entonces novios, Pepa Pérez González y Ernesto Cuenca Cobalea. Fuente: Retratos de Jimena. Ediciones Oba

Su repertorio era lo más pachanguero que sonoramente hubiera en el panorama musical del momento, con abundancia de pasodobles taurinos. No obstante, cuando se ponían serios, también se acompañaban de boleros de Antonio Machín o de Jorge Sepúlveda.

En las trifulcas, por algunas que otras peripecias sobrevenidas, las más de las veces producidas por el abuso etílico, se verían involucradas hasta la propia orquesta. A puñetazo limpio salían sus integrantes en defensa del honor del chirobado, cuando alguien excedido de alcohol lo tomaba contra él y no paraba de lanzarles epítetos que creía gracioso para los demás. Con el enredo consiguiente, aquello acababa en una pelotera campal con la participación activa de sobrepasados y broncosos que, a silletazos y botellazos limpios, acababan en la cercana consulta médica de mi padre o en el cuartel de la Guardia Civil, pero para curarse las contusiones o pasar la noche en los calabozos municipales. Algo así como se suele advertir en los salones de una película del oeste.

Lo observaba, como espectador privilegiado, porque, junto al dormitorio donde dormía con mi abuela materna, Dolores García, había un cuarto trastero sin bombilla ni cableado y cuya única entrada de luz procedía directamente de una pequeña ventana, con cristal transparente y apertura a mi casa, situada en todo lo alto del tabique que daba al salón de baile. Ese cuarto oscuro lo pisaba muy poco porque me daba miedo por si había fantasmas.

Pero una de las veces que vinieron a la casa unos albañiles a repasar las paredes de esa alcoba -con anterioridad le había servido a Luis Luque Huertas, antiguo dueño, como almacén de sal- ante la enorme humedad que seguían desprendiendo las paredes de sus tabiques, escupían el encalado y sus caliches caían al suelo con el tamaño de medio metro al cuadrado, dejaron abandonada en ese cuarto sombrío unas escaleras de obra, a modo de las que se hacían en plan chapuza para la ocasión, formada por dos troncos de mediano cilindro con apuntilladas traviesas de tablillas de maderas que servían de escalones. Una vez descubierto el hallazgo, me sirvió a partir de entonces para meter mis pupilas y curiosear sobre lo que ocurría en esas fiestas de “Los Tres Saltos”.

Así, hasta que en mi inocencia de niñez al ver la vecina de enfrente de mi casa bailando con una amiga, al no poderme ver ella por la oscuridad del lugar donde andaba subido a la madera, abrí la ventana y empecé a gritarle para saludarla, dándole voces por su nombre para que me correspondiera. Llegando a superar el ruido de la música, conseguí al fin llamar su atención. Al hacerme una cumplida señal de correspondencia aunque muy discreta, me di por satisfecho.

Año 1958. Grupo de jimenatos en «Los tres saltos». Agachados, Paco Carrión Moreno. Primera fila: Gabriel Meléndez Domínguez, Juan Doncel Macías, Lorenzo Meléndez Pajares, Fernando García Núñez, Francisco Delgado Vallecillo, . Detrás: Francisco Ávila Malagón, Antonio Garrido Fernández, Manuel León Sánchez, Fermín León Díaz y Francisco Plata Macías. Fuente: Retratos de Jimena. Ediciones Oba.

Mi desagradable estupor estalló cuando transcurrido un tiempo, al escuchar la música de nuevo y por tanto la repetición de la celebración de otra sesión de baile, entré en el cuarto y ya todo estaba oscuro. Con la pequeña claridad que emanaba de la luz que encendí de la alcoba, subí con cuidado la escalera y recibí la decepción de que los dueños de “Los Tres Saltos” con el derecho que le asistía habían cegado la ventana a base de ladrillos con cemento. Entonces, me di cuenta del enorme error que había cometido al dejarme ver y romper la intimidad de lo que en la pista de baile se cocía.

Tiempo después mi mala conciencia por haber sido un voyeur sin pretenderlo, quedaría levantada porque me enteraría que esa obra se había realizado para que no llegaran tantos ruidos a mi casa.

Más, he ahí que con la marcha del reloj, igualmente llegaron a “Los Tres Saltos” los cambios en la faceta musical.

Cumplido ya unos cuantos años más, una tarde de domingo, cuando tras almorzar seguía por la radio el programa, “Carrusel Deportivo”, o sea, los partidos de fútbol del domingo, desde el mismo escenario lúdico donde habitualmente había venido actuando la orquestina campogibraltaleña, me llegó un sonido bien diferente. Di un suspiro y de inmediato acudí a observarlos, teniendo que dar los consiguientes tres saltos a la entrada de la casa de la vecina Ana.

Se trataba de un conjunto de música pop de lo más moderno. Estaba formado por tres guitarras eléctricas y una moderna batería de la marca “Ludwig”, la misma que la de los Beatles. Pregunté, y esta vez no procedían del Campo de Gibraltar.

Excitado por la emoción, flipé al escuchar cómo tocaban: “House of the rising sun” (“La casa del sol naciente”) de “The Animals”. Me encantó el inédito sonido que de forma tan limpio salía de las cuerdas musicales. En el intervalo que transcurrió el ensayo, reflexioné que más que ser de mayor panadero, cuya labor artesanal y la nocturnidad horaria de su tarea me encantaban, mi profesión de futuro tenía que ser guitarrista; no rítmica o con el bajo sino solista, la del punteo.

Año 1963. El grupo británico The Animals que hiciera famosa con la bella balada,: “House of the rising sun” (“La casa del sol naciente”) que tan  bien sonaba versionada por un grupo rondeño en «Los Tres Saltos.  Fuente. Google..

Poco después de esta actuación, la vecina familia cerraba el negocio y se marchaba con rumbo a la emigración francesa. La presión de los poderes fácticos y reales de aquella Jimena pudo más. Siempre la iglesia local, con el cura que entonces estaba a su cabeza, el padre Mariano, vio estos actos lúdicos como una fuente de pecado grave contrario a los designios de Dios. Así, el párroco intentó que la mayoría de edad de las mujeres para que pudieran entrar, que era de 21 años, se elevara a 23, cuando era una época donde a esa edad ya muchas estaban casadas. A la vez, los competidores de bares del pueblo presionaban porque esos fines de semana que había baile se hundían sus cajas. La presión de los municipales con presencia física en las fiestas ahuyentaba a la clientela. Asimismo, todas las medidas que se adelantaba tomar esta familia para poner puentes y soluciones fracasaban y no servían absolutamente para nada. Ni incluso, quedándose a dormir la noche antes en esa misma casa los músicos que actuaban, que la dueña, Ana, los levantara por la mañana del domingo o de las fiestas a guardar para que fueran a misa, cuando ellos no iban en sus respectivas localidades de origen, para así aflojar la hostilidad eclesiástica.

De otra, el dueño, Juan Gil, recibió la visita de un funcionario judicial y procedió a requisarle la radio con la coartada de que escuchaba por onda corta la prohibidísima emisora, “La Pireneica”, Radio España Independiente, órgano del Partido Comunista de España, por lo que ello significaba de señalarlo a partir de entonces como un “rojo”.

De este modo se fueron a vivir y a trabajar a Francia, a la ciudad de Troyes, a pie del río Sena, en la región de Champagne, al norte de París. Allí,  Juan Gil Cano con su familia encontraría paz, sosiego, libertad y seguridad. Estuvo feliz con el empleo que encontró en la actividad textil e incluso innovó la forma de empaquetar las prendas. Descubrió lo que era el ejercicio de derechos y libertades y la existencia de protección social así como partidos políticos y sindicatos libres que lo defendieran. Allí se jubilaría y fallecería.

Por mi parte los eché de menos y esa casa a partir de entonces quedó cerrada. A la vez, con el buen sabor de boca que me había dejado esa actuación última que había oído. Desde entonces seguí con la misma vocación musical hasta ver satisfecha la ilusión de gozar algún día tocando mi propia guitarra eléctrica.

Aconteció, una vez que aprobé el curso completo de quinto de bachiller. Ya me encontraba en Madrid donde había tenido que desplazarme por razones de estudios, porque en Jimena no había Instituto y tampoco la Academia Calasanz, que fundó Antonio Puchán junto a dos maestros más, Francisco Manzano y José Romero, preparaba ese nivel. Sucedió ese regalo, como premio de compensación al esfuerzo realizado con resultado positivo y porque se lo podía permitir mi familia.

OBA MUSICOS s

Año 1976. El grupo OBA recién creado. Bartolo Mena Sánchez, Cristóbal de la Torre Sánchez, Frank Boetgem Andrés Beffa García y Francisco Javier Trillo Huertas. Foto: Miguel Trillo.

Año 1979. El grupo musical OBA que nació en Jimena, tres años antes, actuando en el antiguo Pósito del trigo. De derecha a izquierda: Bartolo Mena Sánchez, al piano eléctrico. Francisco Javier Trillo Huertas, guitarra solista. A la batería al fondo, Andrés Beffa García. A la guitarra rítmica y cantante, Frank Boetgem. Y al bajo, Cristóbal De la Torre Sánchez. Fuente: Andrés Beffa García.

Adquirí la guitarra eléctrica en la capitalina calle de Fuencarral, cerca de La Gran Vía, en una tienda especializada en este nuevo instrumento musical. Aparte, también me hice de un pequeño amplificador. Lo realicé en compañía de mi tío Paco, veterinario, hermano de mi padre con el que vivía en Madrid en unión de otros tres hermanos más, todos solteros. Él de música moderna no sabía ni papa; es más, odiaba los berridos de esos melenudos que estaban de moda, en referencia a The Beatles, frente a la voz clara, armoniosa y melódica de Antonio Machín, me decía.

Con la guitarra bajo el brazo aparecí en el pueblo. Me acompañó empaquetada en el tren expreso procedente de Madrid Atocha con destino a Algeciras y parada en la Estación de Jimena de la Frontera. Mi padre me estaba esperando con su flamante Simca 1000 que le había dado el relevo al Seat 600. Le duró siete años por aquellas duras carreteras llenas de boquetes, nada de baches, hasta que por la calentura que cogía el motor, donde cada dos por tres había que parar para echarle agua al depósito del radiador y esperar a que se enfriara, hacía que empezara a llegar tarde a los sitios y que no estuviera en condiciones de atender una urgencia médica. Así pues, optó por venderlo.

Lo del Simca 1000 y la llegada de esta primera guitarra eléctrica a Jimena cuyo primer pensamiento de tenerla surgió aquella tarde en «Los tres saltos», formarán parte de un nuevo relato que prometo escribir cuando pueda ya que años después por mi desuso del instrumento de cuerda -dedicado ya de forma prioritaria, como gran parte de mi generación universitaria, a la militancia clandestina antifranquista- pasaría a manos de mi hermano el pequeño, Francisco Javier, con el que me llevo nueve años, y que le sirvió para constituir en Jimena el grupo musical OBA que perdura hasta el día de hoy.

OBA ACTUACIÓN PASEO 21-08-2010 012

Agosto 2010. Actuación de OBA en la plaza de la Constitución de Jimena. Francisco Javier Trillo Huertas, a la guitarra, Andrés Beffa García a la batería, Lucas Caballero Vico, cantante con la pandereta, Cristóbal De la Torre Sánchez al bajo y José Manuel Garzón Núñez al piano. Foto: Caminete de Luna. 

ANEXO I: POST AUTOBIOGRÁFICOS RELACIONADOS CON MI VIVENCIA EN LA JIMENA DE LA FRONTERA QUE ME VIO NACER Y TRANSCURRIR HASTA MI ADOLESCENCIA.

LA JINCALETA EN LA FINAL DE MADRID (09.06.2017) Sucedió a finales del año 1956. Jimena como única representante de Andalucía compitió con su baile de origen local, la Jincaleta, en la final de los Coros y Danzas de la Sección Femenina que se celebró en Madrid. Las peripecias que acontecieron:  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2017/06/09/31809/

LA CASA DEL JUZGADO DE JIMENA (01.05.2017) Destacaba una gran mansión que existe frente a la casa donde nací. Me adentro aquí para recorrer lo que no se supo de las biografías familiares que la habitaron y el origen histórico de este noble inmueble:  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2017/05/01/31675/

LA CALLE Y CASA DE JIMENA DONDE NACÍ (26.03.2016) La calle San Sebastián de aquel tiempo. Cómo eran las tiendas donde comprábamos y cómo nos la arreglábamos cuando las cocinas aran de leña, no existía la calefacción, el agua no corría por las casas, no había ni lavadoras ni tampoco frigoríficos  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2017/03/25/31449/

“LAS PLAYAS” DEL MUNICIPIO DE JIMENA (16.03.2017) Cómo eran de primitivas las playas adonde los primeros jimenatos nos desplazábamos para bañarnos. Las odiseas de esos primeros viajes. Cuál era el paisaje físico y humano que ofrecía aquel litoral:  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2017/03/13/31303/

COCHES Y CARRETERAS DE AQUELLA JIMENA (06.03.2017) Un recorrido de época sobre los primeros coches que llegaron al mercado, cómo se conducían, qué reacción provocaba entre la población y como eran las infernales carreteras por donde transitaban:  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2017/03/06/31255/

LA MUERTE DE LOS PAPAS DE ROMA DESDE JIMENA (25.02.2017) Al igual que pudo suceder en cualquier otro punto del medio rural en aquella España tan profunda y de tan obligada religiosidad oficial, relato aquí desde el prisma de la infancia cómo se vivió en el pueblo que me vio nacer la muerte en tan solo cinco años de dos Pontífices del Vaticano, Pío XII y Juan XXII: https://ignaciotrillo.wordpress.com/2017/02/25/31152/

EL CUENTO DE LA CIGÜEÑA Y LA REPRODUCCIÓN (17.02.2017) La historia de una infancia donde la escuela para la enseñanza de la hechos mas elementales, considerados por la moralina estrecha imperante como delicados y no aptos para menores, se aprendían en la calle a través del contacto directo de los amigos, tales como de donde venían los recién nacidos y como las parejas engendraban a sus descendientes. https://ignaciotrillo.wordpress.com/2017/02/17/31102/

UN JIMENATO EN LA FERIA DE TESORILLO (15.02.2017): Un recorrido por las relaciones entre personas de distinto sexo acontecido a lo largo de una gran parte del siglo XX, tomando como hilo argumental de la narrativa la historia real sobre los avatares que le acontecen a un jimenato que fue a ligar a la feria del Corpus de la entonces pedanía y hoy entidad local autónoma, San Martín del Tesorillo: https://ignaciotrillo.wordpress.com/2017/02/15/30992/

LOS ÁNGELES Y JIMENA CON LA FAMILIA LASTRES (05.02.2017): Pasado más de medio siglo, un recorrido por la Jimena y su Estación de tren de los Ángeles acompañado de una familia de octogenarios que así la vivieron en su tiempo de juventud y que tras marcharse del municipio han viajado de nuevo para volverla a recordar:  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2017/02/05/30708/

BARBERÍAS Y PELUQUERÍAS DE JIMENA (27.01.2017): La sociología que envolvía a la clientela, tertulias y prensa que se leía en aquellas barberías de la década de los cincuenta y principios de los sesenta del siglo pasado, así como lo que significó la irrupción en el pueblo de las peluquerías para señoras: https://ignaciotrillo.wordpress.com/2017/01/25/30573/

LA GRAN NEVADA DE 1954 EN JIMENA (20.01.2017):  (El 3 de febrero de 1954) Jimena de la Frontera amaneció como nunca, con una inmensa nevada que casi todo lo cubría. Y en este caso desconocido y que no se ha vuelto a reproducir, narro cual fue la reacción de sus habitantes hasta que primero se heló y luego se derritió:  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2017/01/19/30456/

LA DIVISIÓN AZUL EN JIMENA (09.01.2017): El relato de esta aventura del franquismo en apoyo a Adolfo Hitler, adonde llegaron dos jimenatos que atravesaron sinsabores múltiples por las penurias que padecieron:  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2017/01/08/30335/

LOS ORÍGENES DEL FÚTBOL EN JIMENA (21.12.2016): La historia de la creación del club deportivo Jimena de fútbol asi como sus antecedentes, reconstruido a través de unos recortes familiares que casualmente hallé: https://ignaciotrillo.wordpress.com/2016/12/19/30130/

LA TELEVISIÓN LLEGÓ A JIMENA A TRAVÉS DE SAN PABLO (21.10.2016): Las peripecias que ocurrieron cuando aparecieron los primeros televisores y cómo contribuyó a cambiar ciertas pautas del comportamiento de las gentes del pueblo:  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2016/10/19/29752/

LA NOVENA QUE VIVÍ (01.09.2016): Cómo fueron a lo largo de mi infancia los nueve días dedicados a la patrona de la localidad, la Reina de los Ángeles, en la barriada que lleva su nombre y estación de tren, culminada el fin de semana de la primera semana de septiembre: https://ignaciotrillo.wordpress.com/2016/09/01/29468/

TRAGEDIA TAURINA EN ALCALÁ LA REAL (26.08.2016): En el jienense pueblo de Alcalá La Real, cuatro años antes de que se hundiera la plaza de toros de Jimena de la Frontera, también había ocurrido un episodio de similares características:   https://ignaciotrillo.wordpress.com/2016/08/26/29375/

DESGRACIA TAURINA EN JIMENA (17.08.2016): El hundimiento de la plaza de toros de Jimena acontecido el 17 de agosto de 1961, donde hubo cinco muertos y cientos de heridos, entre ellas la hija del Primer Ministro de Reino Unido: https://ignaciotrillo.wordpress.com/2016/08/17/29346/

EL PREGÓN A JIMENA QUE NO FUE (01.06.2016): En el año 2003 el ayuntamiento me nombró pregonero de aquella feria de Agosto. Cuando subí al escenario, me olvidé del guión que llevaba escrito para entregarme a las historias de mi infancia y adolescencia que me inspiraban los vecinos presentes. Ahora, localizado el texto que llevada redactado porque se me extravió, lo hago público :  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2016/05/29/28784/

EL CINE DE VERANO EN JIMENA (13.05.2016): Recorrido por lo que fue esta sala cinematográfica en la temporada veraniega y calurosa: https://ignaciotrillo.wordpress.com/2016/05/13/28738/

EL CINE CAPITOL (25.04.2016): Radiografía sobre la sala cinematográfica y espectadores de invierno en Jimena: https://ignaciotrillo.wordpress.com/2016/04/25/28693/

BARES DE JIMENA (04.04.2016): Descripción sobre bares y clientes que lo visitaban para beber, tapear y charlar: https://ignaciotrillo.wordpress.com/2016/04/04/28375/

LA GASTRONOMÍA JIMENATA QUE FUE (03.03.2016): Un recorrido por los platos tradicionales, con el recetario de sus ingredientes y su evolución hasta hoy:  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2016/03/03/28125/

ENTRAÑABLE AURELIO (19.02.2016) De la mano del taxista de Jimena recorriendo aquellas carreteras, paisajes y paisanajes de mi infancia en los coches de la época:   https://ignaciotrillo.wordpress.com/2016/02/19/27623/

LA MIRADA A LA GUERRA DESDE LA NIÑEZ (01.12.201): Cómo viví desde chico la Guerra Fría que se desarrollaba, como el accidente de bombas atómica caídas en Palomares, el bloqueo a Cuba por el despliegue de los misiles soviéticos o la carrera espacial:  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2015/12/01/26981/

TOROS EN LA JIMENA DE 1957 (16.09.2015):  Crónica de una historia local que recupero limpiando bolsas de recortes de prensa y apuntes manuscritos del pasado:  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2015/09/15/26318/

CÓMO ÉRAMOS: ADOLESCENCIA, SCOUT Y MÚSICA (01.11.2012) Contiene las relaciones y vivencias de aquellos jóvenes y la música que oíamos de Radio Gibraltar así como los discos de vinilo que nos llegaban desde El Peñón:  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2012/11/01/12928/

HACIA EL IIº REENCUENTRO DE LOS CLUBES DE JIMENA (18.04.2015): Tal como somos, medio siglo después de aquella adolescencia:  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2015/04/17/25415/

CUANDO DE NIÑO ME FUI DE CINE  (02.10.2012): Un apunte biográfico de mi infancia con la actriz sueca, Anita Ekberg, el español Fernando Fernán Gómez y el italiano, Vittorio de Sica:  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2012/10/02/11624/

CÓMO LLEGÓ LA IIª REPÚBLICA Y SU PRIMER ALCALDE A MI PUEBLO (13.04.2014) La sencilla historia sobre cómo se enteraron radiofónicamente de la llegada de este acontecimiento histórico:  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2014/04/13/22541/

LA HISTORIA DEL DOCTOR MONTERO (13.09.2014): Una sacrificada y sufrida biografía la del médico de mi pueblo comprometido con la causa de la democracia y la IIª República:  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2014/09/13/23993/

CRISIS Y EMIGRACIÓN EN EL MEDIO RURAL (24.02. 2015): Cómo fue y las secuelas dejadas por la emigración de la décda de los sesenta del pasado siglo:  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2015/02/24/25187/

MI PESADILLA CON WERT (18.03.2012): El relato a través del sueño sobre el modelo de enseñanza bajo el franquismo y que al parecer tenemos que volver con la LOMCE:   https://ignaciotrillo.wordpress.com/2012/03/18/6032/

GIBRALTAR, ESA GRAN COARTADA DE RAJOY (12.08.2013): No solo le sirvió el estribillo, «Gibraltar español», a Franco para desviar las tensiones contra su Régimen, sino que también lo ha empleado Rajoy para tapar su corrupción):  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2013/08/12/18762/

ANEXO II: TRILOGÍA SOBRE CASTELLAR DE LA FRONTERA.

DE JIMENA A CASTELLAR PARA VER MI PRIMERA NOVILLADA (06.11.2016): Cómo percibí el lugar en que se celebró y el transcurso de mi primera asistencia a una peculiar corrida taurina: https://ignaciotrillo.wordpress.com/2016/11/06/29871/

LA CASTELLAR QUE CONOCÍ EN 1960 (06.12.2016): En qué situación de extremo subdesarrollo se encontraba este municipio y el cambio espectacular que se produjo en tan poco tiempo:  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2016/12/06/29970/

CASTELLAR Y LA CASA DUCAL DE MEDINACELI (26.12.2016): Historia de Castellar y de la casa nobiliaria que la dominó durante un largo periodo con prácticas semifeudales y las distintos avatares divergentes que les vinieron sucediendo: https://ignaciotrillo.wordpress.com/2016/12/25/30239/ 

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