MI PESADILLA CON WERT (23.02.2012)

Posted on marzo 18, 2012

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Mi pesadilla de aquella noche. Franco había `Wert-o´

23 febrero, 2012.

Ignacio Trillo.

La noche de éxtasis del PP, 20N-2011. Comenzaba el año santo Mariano

La noche de éxtasis del PP, 20N-2011. Comenzaba el año santo Mariano de las mentiras. Lo que nos deparará…

Esto de haberse producido, el pasado 20-N, la alternancia en el Gobierno, y que las ganancias electorales en las aguas más revueltas de la economía hayan sido pescadas por la avifauna gaviotera, no debió de representarnos ninguna novedad. Era más que previsible.

También constaba de sobra conocido, al menos por algunos entre los que me incluyo, que la mortandad sufrida por la economía no ofrecería resurrección alguna con el recambio por el PP, sino todo lo contrario. La solución al problema de evitar la caída de nuevo en el hoyo de la recesión no lo significaba la alternancia, porque iba a profundizar de forma salvaje en la misma política económica errónea que ya había empezado a ponerla en práctica, quizás con cierto titubeo, el anterior Gobierno de ZP.

Dos presuntos liberales. Los fraudes, Wert y Gallardón
Dos presuntos liberales. Los fraudes, Wert y Gallardón

Pero lo que no estaba tan claro en el guión es que don Mariano Rajoy se rodeara, en lo cultural y en la enseñanza, de un equipo de liberales que al menos aparentaban ser ajenos al nacional catolicismo, respirando, al conocerlos, los que no somos del gremio pepero.

El retorno de los brujos. De nuevo, la vieja Formación del Espíriti Nacional
El retorno de los brujos. De nuevo, la vieja Formación del Espíritu Nacional

Y aún mucho menos, nos podíamos imaginar que estos mismos en sus primeras decisiones se cargaran la disciplina constitucional de la Educación para la Ciudadanía e impusieran unos temarios para oposiciones a enseñantes que databan de 1993, cuando no teníamos internet y la telefonía móvil era un recurso escaso y bien pesado como para llevarlo encima. Tampoco sospechábamos, la batería de medidas que nos tenía preparado el otro “progre” en el Gobierno, Ruíz Gallardón, como para emprender una contrarreforma judicial y abortiva.

Así que el shock que me produjeron estas ingratas noticias fue tremendo. Lo primero, conforme lo iba leyendo en la prensa escrita del día, ya de noche acostado en la cama, fue elevar de inmediato mi indignación, aunque lejos de espabilarme, conforme lo ojeaba detenidamente me fue sumergiendo en una profunda pesadilla, aparejado a la impotencia de volver a quedar atrapado en la memoria histórica, no siendo ajena a mi subconsciente la resurrección de la España eterna.

Panorámica de Jimena de la Frontera (Cádiz)
Panorámica de Jimena de la Frontera (Cádiz)

Siendo imposible de mantener la inicial resistencia de mis párpados a no desfallecer, entré irremediablemente en el túnel del tiempo. Caí profundamente dormido y en paralelo a la noticia comencé a dar marcha atrás a mi currículo vital.

Retorné en el sueño a la serrana y gaditana, Jimena de la Frontera, tan cerca de Gibraltar, que me vio nacer. Allí dónde, como en toda España, la posguerra se prolongó más allá de lo deseado. Con historias, que descritas al día de hoy pudieran parecer leyendas pero que sin embargo marcaron por aquel entonces, de forma siniestra y hasta dramática, a varias generaciones.

Las escuelas nacionales de entonces
Las escuelas nacionales de entonces

Me encontré sumergido en la etapa de niñez vivida en aquellas Escuelas Nacionales a las que la modernidad aún le quedaba un tiempo de recorrido para revelarse. Las aulas, seguían ubicándose en los soberaos de húmedas casas con paredes interiores chorreando por la abundancia del agua que caía. Observar cómo llovía entonces hacía imposible prever el cambio climático.

En gran parte del periodo escolar, con un frío que pelaba. En invierno, lo normal era que nos salieran sabañones, bien en las orejas o en los dedos de las manos. A la vez, estos centros estaban dotados de precarias infraestructuras y nulos materiales didácticos. A pesar de ser escuelas públicas, eso no quería decir que fueran laicas en lo religioso o neutrales en lo político sino todo lo contrario.

Frontal de las aulas, llamadas clases
Frontal de las aulas, llamadas clases

Una foto del dictador Franco y otra de José Antonio Primo de Rivera, fundador del partido de la Falange Española, colgados la pared frontal al alumnado y teniendo en el centro a un Cristo crucificado, continuaban presidiendo el aula. Delante de tanto honor ilustre, la apolillada mesa de Maricastaña, devaluada de su antaño marrón oscuro, donde se sentaba el maestro. Y en el rincón de su mano derecha, una gran efigie de la virgen María, a la que no le podían faltar flores.

En las paredes laterales, enganchados a dos gruesas puntillas metálicas, dos mapas de hules, con resecas cagadas de las molestas moscas estivales, describían la geografía física y política de España.

Mapa de España con el recuadrito de Canarias
Mapa de España con el recuadrito de Canarias sumergido en el Mediterráneo

La situación en la que aparecían las islas Canarias, recuadradas en un irregular trapecio en su parte baja de la derecha, me llevaba al equívoco de situarlas en el Mediterráneo, debajo de las Baleares y no en el continente africano, tan lejana a nuestra península como cercanas a las atlánticas costas sureñas de Marruecos.

Encima de un armario, yacía una bola terráquea metálica, apenas sin uso, con un soporte de madera, también marrón oscuro, que en raros casos el maestro situaba sobre su mesa; tal vez, según me dijo mi amiguito, el hijo de “un rojo” del pueblo, para que con su observación no nos viéramos tan minúsculos después de lo que había sido el imperio español.

Gibraltar español, la siempre espina del gran Imperio
Gibraltar español, la siempre espina del gran Imperio

Ni que decir tiene que los niños seguíamos estando en edificios distintos al de las niñas. La coeducación ni se olía que un día pudiera ser una realidad. Los recreos lo hacíamos en recintos interiores, hacinados, normalmente patios muy húmedos; pisar la calle a esa hora, sin autorización expresa, continuaba siendo objeto de un fuerte castigo con personación de Los Municipales, la policia local, en tu casa.

El omnipresente Franco,
El omnipresente Franco, «el caudillo»

Las vísperas de las efemérides de los días: uno de abril (“… cautivo y desarmado el ejército rojo…”) -fin de la guerra civil-; cuatro de octubre -onomástica de Francisco Franco-; y veinte de noviembre -fusilamiento de José Antonio- seguían rememoradas en las clases con forzadas y aburridas apologías al Régimen político que, a modo de come coco, impartían los responsables de nuestro magisterio; todos de «azulada» y obligada ideología.

Lápida de los sublevados franquistas que ponía que morían por Dios y por España
Lápida sólo para los sublevados franquistas que ponía que morían por Dios y por España

Con similar ceremonia, como si nada del ayer de 1936 hubiese cambiado, la charla concluía con la transformación de la voz del profe en grito, acabando bruscamente con nuestro sesteo en las bancas, para que se oyera bien su patriótico ritual de exclamación: “¡Caídos por la gracia de Dios y por España”!; al que, inmediatamente, poniéndonos de pie y con el brazo levantado a la romana, replicábamos a coro y al unísono con un severo y cortante: “¡Presentes!”.

Todo sucedía de igual forma, en el horrendo sueño que me transcurría, como la primera vez que desde tan chiquitito lo viví. También, que nos librábamos de la del dieciocho de julio, inicio golpista con la sublevación militar, por encontrarnos de vacaciones escolares, aunque no se nos podía pasar inadvertido tan bélica conmemoración.

SEAT 600, símbolo del desarrollismo franquista
SEAT 600, símbolo del desarrollismo franquista

A las familias, ya en pleno desarrollismo de los años sesenta, que les entraba algún sueldo fijo en casa, cobraban ese día la única paga extraordinaria que existía al año. Era una jornada de asueto entre la población, nada de rememoraciones guerracivilistas de la que querían olvidarse. Las mesas de los bares de tapas se encontraban repletas. Más tarde, puesta de moda lo de ir a la playa, para ponernos “negros como los gitanos”, según me reprochaba la mujer del jardinero, mayoritariamente en los SEAT seiscientos repletos de familiares, la zona de baño comparecía repleta hasta la bandera.

La asignatura de religión, -ni pensar en la educación para la ciudadanía- era una de las más destacadas disciplinas de la programación escolar, no sólo ineludible sino puntuando decididamente. Textos que mostraban a un Dios vengativo y donde todo lo que podía deleitar era pecado. Ni hablar de pajearnos porque se nos advertía que podíamos quedarnos ciego de la vista al perder el líquido de la médula ósea.

En la pesadilla en blanco y negro en la que me vi envuelto, la clase de religión permanecía impartiéndola el cura que conservaba su sotana negra hasta los pies y un círculo de pelo afeitado en la coronilla de su cabeza, a modo de aureola angelical. Si nos lo encontrábamos en la calle, estábamos forzados a acercarnos a él para besarle la mano derecha; momento tras el cual, el presbítero, por razones de higiene, se sacaba, con su mano izquierda, un pañuelo blanco del bolsillo de la sotana que a modo de secante lo pasaba por el lugar que había sido objeto del contacto bucal; así daba paso al siguiente beso infantil.

Cuando el párroco entraba en el aula, el silencio se hacía sepulcral y todo el alumnado, sin rechistar, nos poníamos de pie.

Rezábamos en la escuela; aparte del inicio y a la culminación de la hora en que se nos impartía tan divina asignatura, dos veces más por la mañana: al entrar a primera hora a la escuela, y al volver al medio día del recreo con “El Ángelus”, se nos decía en recuerdo de la Anunciación y Encarnación del Verbo, y nos quedábamos tan panchos con el mismo misterio con que permanecíamos sin rechistar cuando se nos explicaba lo de La Palomita, la Santísima Trinidad, y el lío de las tres personas distintas y un solo Dios verdadero.

En las piadosas casas, como era la mía, también se oraba, una vez acostado, antes de dormir, con la clásica oración que me acompañó en mi más tierna infancia: “Jesusito de mi vida, tú eres niño como yo, por eso te quiero tanto y te doy mi corazón…”; lo hacía de igual modo que como de día entonaba las canciones infantiles, tales como: “Cinco lobitos”, “Al pasar la barca”, “El cocherito”, “El patio de mi casa”, “La vaca lechera”, “Que llueva”, “Quisiera ser tan alta”, “Tengo una muñeca”…

Se conservaba aún que la tercera semana de octubre se produjera una de las fusiones más esperadas a lo largo del año entre escuela y religión. Previa impartición en la clase por el presbítero sobre el espanto que nos debía de producir en nuestras conciencias el alarmante escenario en el que se encontraban numerosos países africanos y asiáticos, con millones de niños inocentes que en caso de morir no podían alcanzar el cielo al no haber sido bautizados, se emprendía ese domingo un enorme despliegue de alumnos dotados de unas huchas que portaban en su cúspide unas cabelleras de negritos de pelos rizados, de amarillos con ojos rasgados que nos pareciera hechos con puñales, o de pequeños indios dotados de plumas, como en las películas americanas.

El cometido que se nos encargaba desde la escuela, consistía en recaudar fondos para las misiones; era el día del Domund para evangelizar a la santa infancia. Un alfiler dotado de una banderita –seguían sin existir las pegatinas y los pinks, que entonces se llamaban escudos, sólo estaban reservadas para las solapas con hendeduras en las chaquetas como orgullo de las preferencias futbolísticas- indicaba que ese feligrés había recibido la clavada del colegial y por tanto había contribuido a tan piadosa y divina causa.

Casa por casa, calles y plazas eran peinadas por la chiquillada para que nadie se librara de efectuar tan noble contribución; las apuestas entre los escolares se convertían en auténticas porfías, para dirimir qué pareja de niños, porque así nos desplegábamos, uno con la hucha y el otro con la banderita, era la que más recaudaba. Esas caritativas limosnas, al parecer, ponían fin, aunque eso tampoco se podía decir porque era pecado mortal, a la mala conciencia de la jerarquía de la iglesia universal que siempre se resistió a deshacerse de la riqueza material que acumulaba en las arcas del Vaticano en pro de los pobres.

La auténtica necesidad que tenían esas indigentes gentes era de solidaridad y justicia para acabar, sobre todo y prioritariamente, con el hambre y el analfabetismo, no para que otros brujos le echaran aguas en la cabeza a sus nacimientos. Eso se lo oí una vez a un amigo mayor de lo más ateo, y el acojono que me entró me hizo ir directamente a la iglesia para confesarme y así acabar mediante la absolución con el pecado de haber oído tan impuras palabras que me podía llevar directamente al fuego eterno sin pasar ni tan siquiera por el purgatorio.

A primera hora de la clase, pasábamos al grueso del temario que tocaba para ese curso. Como libro básico de texto, tras haber superado «El Catón», libro hasta los ocho años, comprábamos la enciclopedia “Álvarez”: “intuitiva, sintética y práctica”, según ponía en su prólogo sin que supiéramos qué significaba eso.

En la dura pasta del cartón de la portada, para alargar la vida de su uso, a pesar de ello lo forrábamos para que le sirviera al hermano que viniera a continuación, las niñas tenían otro texto, se representaba fidedignamente dibujado el contenido que el magisterio nos inculcaría a lo largo de ese año escolar.

Con diseño naif, se expresaba todo un retrato de lo que aguardaban sus páginas interiores. Para ello, ese maestro tan patriótico y religioso que teníamos, nos explicaba profusamente lo que representaba cada figura.

pesadilla enciclopedia álvarezUn niño con cara de bonachón, significaba el orgullo de ser español; bien peinado y con la raya del cabello al lado derecho, como Dios manda y no como El Demonio que la llevaba en el centro, se nos decía. Encima del chiquillo, a su diestra, aparecía una amenazante tabla encerrando los diez mandamientos, advertencia y recordatorio para que no pecáramos; y en su parte izquierda, un triángulo con un ojo, que no era el clásico símbolo geométrico para el dibujo sino aquello que cuando menos te lo espera aparece; es decir, la mirada temerosa de Dios, eternamente presente en todas partes, que veía nuestro pasado, presente y futuro, para controlar cada uno de nuestros movimientos.

Debajo de esa figura, se mostraba la geografía de nuestra península, símbolo de la Patria que daba sentido a nuestra consideración de españoles, con el grafiado de nuestros principales ríos y donde la separación con Portugal se mostraba tan difusa que pareciera una suma de trasvases lineales unidos de esos afluentes.

Wert Primo de Rivera, el artífice del regreso al pasado
Wert Primo de Rivera, el artífice del regreso al pasado

Se nos enseñaba pintar nuestros bordes de nación, incluyendo al territorio lusitano del país vecino para después tener que marcar la frontera; como si aún no se tuviera asumido las consecuencias que siglos atrás habían sobrevenidos para que se produjera esa ruptura de la unidad ibérica peninsular, producto de la parafernalia que se montaban las familias reales con sus bodas o intrigas palaciegas. Para nada se nos decía, que el país portugués contiguo había sido el primer Estado europeo en constituirse, trescientos cincuenta años antes que España.

Continuando con el manual para ese curso, en su parte baja de la portada, igualmente se plasmaban los utensilios de los clásicos de la edad de oro de nuestra literatura y artes plásticas que llevó a España a sus mejores glorias, representado por un libro dibujado junto a una paleta y pincel prestos para utilizar.

También se exponía, en la portada de la enciclopedia, un cañón con la histórica fecha del año 1.808, que simbolizaba los valores de nuestra raza, en su resistencia y victoria ante los franceses que intentaban inculcarnos sus nefastas ideas liberales procedentes de la Ilustración para que apostatáramos de nuestra fe en Jesucristo recibida en el bautismo.

Se volvía a reintroducir el tradicional pupitre
Se volvía a reintroducir el tradicional pupitre

De fondo, exhibía un sol radiante en su puesta, que, a pesar de lo que pudiéramos observar, según el maestro, nunca llegaba a su ocaso; como simbología de ese pedazo de imperio español que abarcaba casi todo el planeta, y que hacía, como constatación de nuestros inmensos dominios, que nunca pudiera ser cubierto por la penumbra astral.

Este preámbulo, fue nuestra primera lección del nuevo curso, quedando bien claro lo que nos esperaba en su ulterior desarrollo desde septiembre a junio.

Seguidamente, tuvimos además que reproducirlo dibujándolo en nuestros inmaculados cuadernos blancos, que servían de complemento a la clase recibida, junto a un dictado sobre lo expuesto por el maestro. Así quedaba grabada en nuestras mentes infantiles la divina y españolísima simbología de nuestras esencias patria y nuestro fervor católico…

Fue en ese preciso instante cuando desperté de ese sueño en blanco y negro para recuperar el color del tiempo presente.

Tenía la radio encendida. Estaba hablando el nuevo ministro de Cultura, José Ignacio Wert, justificando la supresión de Educación para la Ciudadanía. Lo basaba en que había que evitar el adoctrinamiento por parte del Estado de los escolares.

No daba crédito a que los sucesores ideológicos y hasta herederos familiares de la España de aquel ayer me hablaran de adoctrinamientos.

Menos mal, que el método de enseñanza que emplearon para obligarnos a aprender lo que fuera, a base de castigos, tirones de orejas hasta ponérnosla de lo más coloradas, nunca se podía decir roja, y de palmetazos en las manos y en el trasero, incluso encebollando la madera para que nos doliera y picara más, era memorístico, sin reflexión alguna y en la mayoría de los casos largando textualmente y sin respirar la lección del día sin entender lo que decíamos. Eso quizás Pesadilla PPhizo que toda una generación que pudo acabar traumatizada no deambulemos en este momento, con guerrera militar y cara de santidad, de psiquiátrico en psiquiátrico.

¿Es a lo que pretenden que retornemos con la involución política que están dispuestos a aplicar los «nuevos» gobernantes?

Ignacio Trillo. 

Franco, ha Werto

Franco, ha Werto

Por Dios, por la Partia y por Rajoy ¡¡¡Arriba España!!!

Por Dios, por la Patria y por Rajoy ¡¡¡Arriba España!!!  

ANEXO 1: POST AUTOBIOGRÁFICOS RELACIONADOS CON MI VIVENCIA EN LA JIMENA DE LA FRONTERA QUE ME VIO NACER Y TRANSCURRIR HASTA MI ADOLESCENCIA

CÓMO ÉRAMOS: ADOLESCENCIA, SCOUT Y MÚSICA (contiene la música que oíamos de Radio Gibraltar y los discos de vinilo que nos llegaban desde El Peñón) https://ignaciotrillo.wordpress.com/2012/11/01/12928/

HACIA EL IIº REENCUENTRO DE LOS CLUBES DE JIMENA (18.04.2015) Tal como somos, medio siglo después de aquella adolescencia:  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2015/04/17/25415/

CUANDO DE NIÑO ME FUI DE CINE  (un apunte biográfico de mi infancia con la actriz sueca, Anita Ekberg, el español Fernando Fernán Gómez y el italiano, Vitorio de Sica ) https://ignaciotrillo.wordpress.com/2012/10/02/11624/

LA TRAGEDIA TAURINA DE JIMENA EN 1961 (murieron dos gibraltareños y quedó herida la hija del primer ministro británico Macmillan) https://ignaciotrillo.wordpress.com/2013/02/05/14892/

TOROS Y FÚTBOL EN LA JIMENA DE 1957 (16.09.2015)  (crónica de una historia local que recupero limpiando bolsas de recortes de prensa y apuntes manuscritos  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2015/09/15/26318/

CÓMO LLEGÓ LA IIª REPÚBLICA Y SU PRIMER ALCALDE A MI PUEBLO (13.04.2014) (La sencilla historia sobre cómo se enteraron radiofónicamente de la llegada de este acontecimiento histórico) https://ignaciotrillo.wordpress.com/2014/04/13/22541/

LA HISTORIA DEL DOCTOR MONTERO (una sacrificada y sufrida biografía por del médico de mi pueblo comprometido con la causa de la democracia y la IIª República):  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2014/09/13/23993/

CRISIS Y EMIGRACIÓN EN EL MEDIO RURAL:  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2015/02/24/25187/

MI PESADILLA CON WERT (el relato a través del sueño sobre el modelo de enseñanza bajo el franquismo y que al parecer tenemos que volver)  https://ignaciotrillo.wordpress.com/2012/03/18/6032/

GIBRALTAR, ESA GRAN COARTADA DE RAJOY: https://ignaciotrillo.wordpress.com/2013/08/12/18762/

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