ANALISIS DE LAS ELECCIONES CATALANAS (27S-2015)*
Joan Corominas Masip /Ignacio Trillo Huertas.
5 de octubre de 2015.
TODO SIGUE CASI IGUAL, PERO CON TENDENCIA A EMPEORAR
La teoría del aeronáutico estadounidense, Edward A. Murphy, se puede traducir en política con que las cosas que van mal pueden aún empeorar. Algo parecido continúa sobreviniendo en Catalunya si pronto no se pone coto a la escalada de desatinos y enfrentamientos que se desarrollan de un tiempo atrás como si de un campo de batalla aciaga se tratara.
El mapa político que surgió hace tres años en las anteriores elecciones catalanas que se celebraron el 25 de noviembre de 2012, también anticipadas más de dos años, ya que debían haberse celebrado el 28 de diciembre de 2014, era bastante elocuente y avisaba ya con ciertas alarmas encendidas. Dibujó una sociedad partida por mitades entre derecha e izquierda, nacionalistas y no nacionalistas, con pesos no muy distantes entre cuatro opciones cruzadas. A añadir, el gran apoyo (más del 75%) que entonces gozaron las opciones favorables al “dret a decidir”, de imposible traducción en el derecho internacional a no ser que se hable de descolonización tercermundista.
Este complejo panorama que presentaba la sociedad catalana exigía finura y diálogo entre todas las fuerzas políticas catalanas y españolas. Por el contrario, lejos de ocurrir, las fuerzas políticas más decisivas para la solución de este conflicto han permitido y, lo que es peor, se han entregado al juego peligroso para que a lo largo del último trienio se haya ido tensando cada vez más la cuerda que los separaba, dando carnaza a los sectores independentistas catalanes y españolistas más extremos.
Este complejo panorama que presentó sociedad catalana, exigían finura y diálogo entre todas las fuerzas políticas catalanas y españolas. Por el contrario, lejos de ocurrir, las formaciones con sus líderes decisivos para intervenir en la solución de este conflicto, han permitido, y lo que es aún peor, se han entregado a un juego cada vez peligroso a lo largo del último trienio, tensando hasta límites insoportables la cuerda que los separaba, a la vez que han estado proporcionando carnaza a los sectores más extremistas de ambos bandos.
Para más inri, la última cita con las urnas del pasado 27-S, por el resultado electoral que se ha dado, lejos de haber amortiguado las tensiones no las disipa, en todo caso las agranda y agrava.
Ahora, el voto que la ciudadanía catalana ha depositado en las urnas, ha vuelto a poner de manifiesto que las grandes tendencias ideológicas y de identidad continúan de manera similar a las existentes en año 2012, aunque con cambios importantes entre los diversos actores políticos.
Para empezar, en esta ocasión, las opciones nacionalistas, que más allá de los diversos intereses que realmente representan se apoyan en el voto mayoritario de las clases medias -por el centro derecha, CIU, y por la izquierda, ERC- han unido sus fuerzas, junto a movimientos societarios independentistas, en una coalición electoral, JuntspelSi (JpS), que ha reconvertido la naturaleza de estas elecciones autonómicas en plebiscitarias, de cara a que condujeran sin vuelta de hoja a la segregación de Catalunya en un plazo de 18 meses y con detallada hoja de ruta sin importar el ordenamiento constitucional y estatutario vigente ni pretender reformarlo.
Además, la constitución de esta candidatura independentista unitaria, liderada por Artur Mas llevó, asociada a la ruptura de CDC, la fuerza mayoritaria sobre la que ha venido pivotando la autonomía catalana y el catalanismo desde los orígenes, así como al doblegamiento de ERC para no ir por separado con lista propia, como en reiteradas ocasiones previo a estas elecciones había manifestado que era su deseo,
En esta refriega, por tanto, el partido UDC, liderado por Durán y Lleida, partidario no de rupturas sino de un nuevo encaje de Catalunya en España, se escindió de CIU por mor del planteamiento abiertamente secesionista en el que se instaló en clara fuga hacia adelante, quizás temiendo que los casos de corrupción que arrastra le devorase, el partido que fundara Jordi Pujol, CDC, socio clave de esta coalición unitaria independentista.
En otro el extremo del espectro, la CUP, opción antisistema, independentista, anticapitalista, anti UE y asamblearia, no quiso unirse a la coalición JuntspelSI (JpS), aunque compartiese los objetivos plebiscitarios y de consecución de la independencia en idéntico plazo de año y medio, porque la figura de Artur Mas, por cuanto simboliza lo que es CIU: neoliberalismo, recortes y corrupción, es repudiada y diana para ser cazada por esta joven opción política.
A la par, las nuevas fuerzas emergentes en el panorama político español, Ciudadanos, actuando en campo propio, lugar que la vio nacer, y Podemos, laborando el voto en campo «ajeno», han querido medir sus fuerzas en este momento importante para Catalunya, a la vez que antesala de los cambios que reclaman para la política española a partir de las elecciones generales del próximo 20 de diciembre. La primera, con su matriz inicial de Ciutadans, y la segunda, en coalición principalmente con Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), presentando la lista de, CatalunyaSíqueesPot (CSqeP)
Finalmente, los dos partidos hegemónicos desde la Transición en España, PSOE y PP -esta última formación tras la desaparición de la centrada UCD de Adolfo Suárez- se han presentado con sus formaciones tradicionales catalanas, PSC y PPC, y donde desde tiempo atrás se acentúa en Catalunya el proceso de declive que padecen, sobre todo desde las elecciones catalanas de 2006.
Sin embargo, en contra de lo que puedan pensar los que no ven más allá de sus propias narices, el independentismo supremacista y uniformador, la sociedad catalana actual, junto a los rasgos generales políticos ya enunciados, es muy diversa y plural. A ello responde también el abanico multicolor de la oferta política que le ha sido presentada en estos comicios del 27-S, donde ha podido escoger entre siete candidaturas (que representan a nueve partidos relevantes), que cubren todo el espectro ideológico e identitario, incluso con sus diversos matices.
Los resultados del 27S
El 27-S, ha sido, con diferencia, la cita electoral autonómica catalana con mayor participación (77,5%) habida. En las anteriores, del 25 de noviembre del 2012, se había batido el récord con el 67,8%. Al igual, ha superado en participación el cómputo de todas las convocatorias a las urnas que de distinta naturaleza han tenido lugar en Catalunya, con las dos únicas excepciones: las primeras elecciones generales, junio de 1977 (79,5%), y las que llevaron al PSOE con Felipe González por primera vez a la Moncloa en 1982 (80,8%)
En primer lugar, por tanto, debe destacarse la enorme importancia que Catalunya le ha dado a estas elecciones (con idéntica observación e interés por el conjunto de España), puesto que de un censo de más de 5,3 millones de votantes han depositado su voto más de las tres cuartas partes del cuerpo electoral, con un aumento de la participación de casi diez puntos (un 14% más) con respecto a las anteriores autonómicas de 2012, donde como se ha indicado se hallaba el techo de asistencia a unos comicios autonómicos.
La presión institucional y social ejercida por los partidarios del plebiscito independentista que se han volcado a favor de la coalición de las principales fuerzas hegemónicas de este sector bajo una lista única, JpS, ha sido determinante para esa gran participación electoral, así como toda la parafernalia de la presión fáctica, exterior e incluso internacional desplegada, que como respuesta ha irrumpido en la campaña catalana.
A destacar, dentro de la impostura, que dice bien poco de la calidad democrática, el sectarismo y la censura impuestas por el Gobierno de la Generalitat presidido por Artur Mas a la TV3 autonómica. Solo cuenta como parangón la TVE del PP tras cargarse su Estatuto de neutralidad que databa de la época de Zapatero, o las bananeras, TeleMadrid o Canal Nou, de Valencia.
Igualmente, los efectos distorsionadores de la ley de D´Hont y la desigual distribución de escaños entre Barcelona y las otras provincias menos pobladas, ha favorecido el triunfo en escaños de las fuerzas independentistas, JpS y CUP (72, superando en 4 la mayoría absoluta), no así en votos (47,74% de votos independentistas, frente a un 52,26% de no independentistas)
Así, en una orden de escala, ahora desglosando concretamente las formaciones políticas que más han sido beneficiadas por el sistema electoral, en cuanto a la diferencia entre el porcentaje de escaños y el porcentajes de votos logrados, destaca en demasía JpS (+ 6,3), y a cierta distancia Cs (+0,6). En cuanto a los perjudicados, de menos a más: PP (-0,3), CUT (-0,8), CSqeP (-0,8), PSC (-0,9) y UDC (- 2,5)
En cuanto al peso de población y escaños por provincia.
El porcentaje de población de Barcelona respecto al total de Catalunya es de un 73,6%, en tanto le corresponden 85 escaños que significa el 63% del total de parlamentarios. Tarragona, tiene el 10,6% de la población catalana y se le asignan 18 escaños, que es el 13,3% del total. Girona, con el 10% de la población y 17 escaños que representan el 12,6% del total. Y Lleida, 5,8% de la población, con 15 escaños que encarnan el 11,1% del total de parlamentarios.
Bajo este reparto, si nos vamos por circunscripciones provinciales, en Barcelona, el logro de un escaño equivale a 48.521 votos; en Tarragona sale por 31.217 papeletas cada uno; el de Girona, por 30.048, y el de Lleida, por 20.915 electores. O sea, lograr un parlamentario en Barcelona cuesta 1,54 veces más que en Tarragona, 1,6 veces más que en Girona y 2,4 veces más que en Lleida.
Desglosando los votos obtenidos por la lista JpS, en función del acuerdo de los miembros de la coalición para su composición interna (60% afines o de CDC y 40% afines o de ERC), se puede estimar la distribución ideológica del voto entre las formaciones de derecha y de izquierda catalanas.
Así, Catalunya en esta cita electoral del 27-S ha optado ligeramente más por opciones de derechas que de izquierdas en todas las zonas territoriales (provincias o tipo de ámbito urbano o rural), mientras que el independentismo es más fuerte en Girona y Lleida y en los ámbitos rural y semiurbano.
La lista de JpS ha triunfado en casi todos los municipios de Catalunya, salvo en las localidades del área metropolitana de Barcelona, de fuerte componente trabajadora e inmigrante, en algunos municipios de Tarragona y en el pirenaico valle leridano de Arán, en los que se ha impuesto sorpresivamente Ciutadans, y en menor medida el PSC.
La ligera ventaja en votos de las fuerzas no independentistas ha roto la consumación plebiscitaria a favor del secesionismo de las elecciones, pero no refleja la mayoritaria demanda de la sociedad catalana para un nuevo acomodo dentro de España.
Para identificar esta demanda, es más útil comprobar los votos que corresponden, en esta foto fija tomando el resultado en las urnas, a formaciones que apoyan el “dret a decidir”, 60,2%, sin tener en cuenta que el PSC ha estado apoyando este derecho hasta hace unos meses y plantea actualmente una transición a un Estado federal en el que se protejan las singularidades catalanas dentro de la igualdad general de todos los españoles.
También por territorio, ese «dret a decidir», es mayor en las zonas rurales (78,9% de los votantes), y menor en las semiurbanas (67%) e inferior en las urbanas (56,3%)
Y sí nos atenemos a abrir más el abanico del desglose de posicionamientos, los independentistas, JpS y la CUP, han logrado 72 diputados, los federalistas, PSC y CSqeP, 27, y los unionistas, Cs y PP, 36 diputados.
LOS CAMBIOS ENTRE LAS ELECCIONES CATALANAS DE 2012 Y 2015 Y LOS PASOS QUE PUEDEN PRODUCIRSE EN EL CORTO PLAZO
La continuación de la crisis económica, con la aplicación duradera de las recetas de “austeridad”, ha ido concienciando a los ciudadanos, sobre todo a los más jóvenes, preparados y con mayor conciencia política aunque no de memoria histórica, pero no ha sido un factor relevante para decantar el voto en sentido ideológico hacia la izquierda, el independentismo camufla todo, sino para reforzar el carácter identitario como una esperanza utópica de rehacer las instituciones catalanas desde cero rompiendo el Estado español.
Antes de profundizar en este bloque, constatar que la predicción demoscopia, una vez más, tal como nos viene acompañando en los últimos episodios electorales (Europeas, Municipales, Gran Bretaña, Grecia…) sigue sin acertar.
En este sentido, si observáramos la media de las diez principales encuestas que por la importancia de la muestra se han venido publicando sobre estos comicios catalanes, solo acierta con el PP (al que le daban 11-12 escaños), sobrevalorando además el voto a CSeqP y a la CUP, a costa del PSC, Cs y JpS, por este orden de mayor a menor.
Pasamos a continuación, ya, a exponer algunas pinceladas de este análisis sobre los cambios entre las elecciones catalanas del 2012 con estas del 2015 junto a otras valoraciones.
1.- En relación a los comicios de 2012, cruzando ideología e identidad, ahora en el 2015 la derecha independentista ha perdido 6,4 puntos electorales, y la izquierda no independentista, 2,6 puntos, ganando la izquierda independentista 5,9 puntos y la derecha no nacionalista 4,7 puntos electorales. Resumiendo, actualmente la derecha es algo menos nacionalista y la izquierda más nacionalista que en el año 2012.
2.- En Catalunya se demuestra que en la actualidad es muy fuerte la identidad independentista, pero no alcanza a ser mayoritaria (47,8%), aunque entre los no independentistas del PSC, CSeqP y UDC (24,6% en conjunto) cabe destacar que son profundamente catalanistas. Los “españolistas», en cambio, con menor sentimiento catalanista (PP y Ciutadans), representan un 26,9%.
3.- La implantación de la derecha y la izquierda en todas las comarcas catalanas es similar, con más fuerza de la derecha independentista en las más zonas rurales y de la no independentista en las urbanas. En la izquierda, predomina ligeramente la no independentista en las comarcas urbanas. Y la izquierda independentista se da más en el resto del territorio.
4.- El resto de España debe hacer un esfuerzo para entender con estos datos este profundo sentimiento catalanista (independentista o no) existente y buscar acuerdos de encaje de Catalunya en el conjunto del Estado. Era la conclusión más clara de las elecciones de 2012 y en estos tres años ni el gobierno de la Generalitat ni el de España han contribuido a buscar lazos, consensos y encajes para avanzar en la resolución del conflicto, de ahí que el problema se haya agudizado.
Asimismo, y en sentido inverso, el sector independentista catalán debe reflexionar sobre adónde va en un mundo globalizado y a sabiendas de cómo se la gastan en la Eurozona -ahí está el caso reciente de Grecia encontrándose dentro de las instituciones europeas- y en la UE -véase igualmente la crisis humanitaria de los refugiados- teniendo además la mitad de las producciones catalanas como mercado final, España, y el otro 50%, la UE.
También se debe entender que la campaña electoral ya pasó, como para seguir instalado en el cerrazón, sosteniendo el cuento de la lechera de que el déficit de la balanza fiscal catalana que ofrece con el resto de España es de 16.000 millones de euros, y que independizado todo va a ser Jauja, cuando la endeudada Catalunya está en suspensión de pagos si no la auxilia el Estado español.
Catalunya, por el contrario, transfiere realmente 3.000 millones de euros a la solidaridad interterritorial y para el sostenimiento del Estado, al disponer de superiores niveles de rentas, pero no por el territorio en sí sino por las personas físicas y jurídicas contribuyentes; por cierto, algunas sociedades solo tienen el domicilio fiscal en Catalunya y la actividad económica o profesional en el resto de España, hecho que por primera vez a lo largo de nuestra historia contemporánea empieza a producirse al revés debido a la inestabilidad política e institucional que viene produciéndose.
Esta cifra de 3000 millones de euros, sería igualmente la cantidad económica equivalente a emplear por la Generalitat en caso de ser independiente para cubrir la necesidad de crear un ejército catalán. De igual forma, es la misma masa monetaria total que cubre la superior diferencia salarial entre políticos y funcionarios de Catalunya con los del resto de España. Ello, sin hablar del coste sobre el opaco sistema de embajadas y «cuerpos consulares» que la Generalitat tiene montado en el exterior.
Y sobre la cuenta de la vieja de Artur Mas, en plan antisistema, de no pagar su parte de la deuda pública al resto de España, (con lo que ello significaría de aislamiento financiero y de la negativa a su financiación y a la entrada de inversores a nivel internacional), a la vez que el Estado español abonaría las pensiones y la Generalitat le subiría el diez por ciento, mejor no seguir porque significa un insulto a la media de la materia gris del pueblo catalán. Y sobre la viabilidad, en una Catalunya independiente, del fenómeno económico y social, allende los propios límites de Catalunya, que representa el Barça, “més que un club”, también sería tan solo para apuntarlo y contener la risa.
5.- Repasemos a continuación la situación en que han quedado las opciones políticas tras este 27-S.
Así, CDC (derecha independentista) que ya sufriera una merma electoral importante en el 2012, ha jugado esta vez al aprendiz de brujo y ha salido igualmente trasquilada, (en el 2012 la suma de escaños obtenidos por separado por CIU y ERC fueron 71, ahora juntos, 62), teniendo ahora dificultad para que Artur Mas siga presidiendo la Generalitat por las diferencias insalvables que se le supone que tiene frente a la CUP (izquierda anticapitalista y antiUE), lo que le podría llevar a sufrir una grave descomposición interna si no llegase a alcanzar poder, a no ser se produjera el supuesto del triunfo de las presiones que lleva a cabo sobre la izquierdista formación asamblearia, la CUP, o se hiciera harakiri y fuese sustituido como presidenciable por otro de su formación política.
6.- ERC y la CUP, por el contrario, han salido políticamente reforzadas, aunque la explotación del éxito será difícil de compartir en común por las tensiones que inevitablemente chirriarán entre las posiciones políticas menos extremas de las clases medias de ERC y las más utópicas de los sectores anticapitalistas, alternativos y anti UE de la CUP, a no ser que a lo largo del Procès prometido se armonizaran.
7.- La CUP, ha conseguido unos magníficos resultados, triplicando los modestos apoyos que recibió hace tres años, con un buen comunicador de cabeza de lista, el periodista Antonio Baños. La formación alternativa, en este crecimiento obtenido, se ha nutrido del voto fundamentalmente joven, el que ha desertado de ERC, por ir asociado a la corrupta y recortadora CDC de Artur Mas y de su padrino corrupto, la saga Jordi Pujol, así como de los votantes de ICV más independentistas, porque no han visto con buenos ojos su alianza con Podemos, a añadir los procedentes del abstencionismo antisistema. Se ha convertido, por tanto, en la principal opción deseada por la candidatura JpS, que no ha obtenido el resultado esperado, siendo la llave, desde posibilitar o no la investidura de Artur Mas hasta la de iniciarse, llegando hasta las últimas consecuencias, o no, la hoja de ruta de los independentistas.
8.- Ciutadans se ha situado como el segundo partido de Catalunya, recogiendo votos del caladero del PP, y en menor medida del PSC, así como de los sectores menos catalanistas y conservadores de CIU y hasta del obrerismo migratorio. Probablemente su estrategia en Catalunya, al menos en los primeros meses de esta legislatura que se inicia, será rehén de su enorme interés en desbancar al PP de la primacía de la derecha española en las elecciones generales previstas para el 20 de diciembre diciembre o para coaligarse posteriormente con él o con el PSOE. Así, Ciudadanos, con sus buenos resultados obtenidos en Catalunya, ya la misma noche del 27S, su líder, Albert Rivera, dio el primer mitin dirigido también al resto de España, autoproclamándose ser el recambio político a Rajoy.
9.- La contención a un mayor derrumbe del PSC pronosticado por las encuestas ha sido atribuido al papel desarrollado por su líder, Miquel Iceta. No obstante, la caída en picado que viene sufriendo el PSC y que procede desde lejos, ha continuado. En este declive, hay que recordar que en las elecciones catalanas de 1999 logró 52 diputados; en las del 2003 pasó a 42; 2006, 37; 2010, a 28; 2012, a 20 y en estas 2015, a 16 diputados. Es decir, más pausado y contenido a lo largo del tiempo pero en el mismo tono de tendencia hacia el abismo que el que ha protagonizado el PASOK griego.
A pesar de este sombrío panorama y balance que presenta el PSC, insistimos, hay quienes atribuyen a Miquel Iceta haber «salvado» muy relativamente los muebles de una quema muy superior, después de las tensiones y escisiones que ha tenido de los sectores más catalanistas así como, a otro nivel, por la crisis de identidad con los valores de la izquierda que sufre hoy en día la socialdemocracia europea. A la vez, que se le reconoce gratamente al candidato, Miquel Iceta, que, en una situación tan difícil para los socialistas catalanes, se haya hecho hueco, acompasándola con una simpática campaña «bailonga», para proponer con perspectiva de futuro el acomodo de Catalunya en una España federal que más temprano que tarde sería deseable que llegase.
A apuntar, igualmente, la ocultación habida de los graves problemas reales que padece Catalunya por el plebiscito planteado, como la crisis, el austericidio o la corrupción, poco diferentes a los que atraviesa igualmente el Estado español, y que ha llevado a que en esta campaña se hayan dedicado más chorros de teclados en papel o digital y espacios audiovisuales a los bailes de Iceta que a recordar la situación procesal del honorable precursor del nacionalismo contemporáneo catalán y fundador de CDC, Jordi Pujol, y la de su «sagrada familia».
10.- Otro de los damnificados, constituyendo, por el contrario, una sorpresa, ha sido la candidatura, Catalunya Sí que es Pot, (CSeqP), confluencia de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) y Podemos, con la presentación de un líder prácticamente desconocido, y que ha visto mermado el apoyo que ya ICV obtuvo en 2012, lo que se está ya traduciendo en un debate sobre si Podemos ha restado, o no, votos a Iniciativa per Catalunya, o ha sido la polarización de la campaña sobre la cuestión identitaria, que todo lo ha trastocado y condicionado, la que le ha perjudicado. Así se entendería mejor el trasvase de votos sufrido, por el previsto que fuera a esta coalición, hacia la CUP, así como el voto útil transversal y el obrero de origen migratorio, compruébese sino el resultado habido en el cinturón ex-rojo de Barcelona, que ha ido a parar principalmente a Ciudadans.
Tampoco hay que olvidar que ICV, en su ambigüedad y a remolque de la cuestión nacional catalana como ha venido sucediendo, siempre hegemonizada por CIU, algo parecido a lo sucedido en el PSC, acogió ya en el 2012 un voto plural y hasta contradictorio, de jóvenes izquierdistas muy catalanistas por un lado, que ahora en el proceso de radicalización que se vive en Catalunya se han decantado por el independentismo, así como de otros procedentes de la larga tradición obrera y migratoria, herencia del PSUC, que mantienen fuertes lazos familiares con el resto de España y que reniegan de una Catalunya independiente, por lo que ahora podría ser que se hayan agarrado con su voto a otras opciones seguras en su españolidad, dejando para otras citas electorales priorizar sus intereses de clase.
El debate plebiscitario ha hecho por tanto ocultar los problemas reales que padece Catalunya, y con ello la nefasta gestión gubernamental realizada por Artur Mas, -además tiene contaminada por corrupción las instituciones autonómicas y varias administraciones locales- basada en recortes sociales, austericidio y privatizaciones.
CSeqP, quizás haya sido la principal víctima de esa sinrazón, sin excluir otros motivos que le han llevado a obtener unos malos resultados.
«Loable», por otro lado, el trabajo que ha realizado determinada izquierda independentista catalana, fundamentalmente, el cabeza de lista, Raül Romeva y ERC, para que no fuera eje del debate electoral la corrupción estructural o el neoliberalismo del partido de Artur Mas, de otro lado nada diferente al que practica el PP en toda España y con el que tantas votaciones han compartido la minoría catalana convergente en el Congreso de Diputados.
De todas formas, no es un buen presagio para Podemos este resultado obtenido de cara a las próximas elecciones generales del venidero 20 de diciembre. Tendrá que reaccionar porque el ambiente de la opinión publicada, que en nada le favorece, ya empieza por adelantado a hacer leña del árbol caído, y las auto llamadas unidades populares de IU, en común o en solitario, descartadas por Podemos de volver a hacer coalición precisamente también por esta experiencia negativa que se ha dado en Catalunya, van a contribuir a su desgaste porque solo les va a quedar como espacio político-mediático electoral hacer ruido.
11.- A apuntar la hecatombe anunciada que sufriría el PPC y que se ha visto confirmada. En 1999, obtuvo doce diputados. En 2003, quince. En 2006, catorce. En 2010, dieciocho. En 2012, diecinueve. Y en este 2015, once diputados.
Independientemente de la ayuda que se ha visto contraproducente venido de mandatarios europeos, junto al video final de los dirigentes del PP hablando nuevamente en catalán en la intimidad, totalmente patético, con las que el PP ha pretendido hacerse notar y acercarse tardíamente al respeto que merece la lengua de Josep Pla o de Salvador Espriu, exasperando aún más el fervor nacionalista en los agravios a la madre patria catalana, también lo ha significado la catastrófica irrupción de Rajoy en la campaña con la puesta en escena del nuevo liderazgo catalán de su partido designado por la vía digital, García Albiol, a sus esperpénticas entrevistas o declaraciones salidas de tono, que junto a los impresentables antecedentes anticatalanes que ya acumulaba en su recogida de firmas contra la reforma del Estatut, sus antisociales políticas estatales y las corrupciones varias que le corroen, han hecho ir gran parte de su voto a manos de Ciudadans.
Sirva como botón de muestra de ese dislate, la famosa entrevista que hizo el periodista Carlos Alsina en Onda Cero Radio a Mariano Rajoy, donde no supo ni contestar a la pregunta de a quién se le debe atribuir la nacionalidad española.
Asimismo, que en pleno éxtasis europeo del basket español, coincidente con la campaña electoral, un catalán, Pau Gasol, maravilloso en su juego y entrega que supo poner a toda España de pie, en el especial homenaje en la Moncloa que se le montó se le ocurriera a Rajoy sacar a colación los contraproducentes casos medalleros de las extintas URSS y Yugoslavia, donde acabaron sus regímenes pariendo nuevas naciones, habla por sí solo de las torpezas de un Presidente agotado y amortizado que hace aguas por todas partes.
Otro de los surrealismos de Rajoy en la campaña electoral catalana ha consistido en olvidar su cacareada reforma electoral para que gobierne la lista más votada. Su insistencia en auspiciar en Catalunya un planteamiento frentista, para que presidiera la Generalitat el bloque o coalición que consiguiera más escaños, denota la poca seriedad y consistencia del modelo electoral que plantea y que solo responde a intereses coyunturales de partido según qué cita electoral.
Por descontado, queda asimismo patente que el PP, por cuanto ha ido sembrando sobre Catalunya, haya sido el principal damnificado por una derrota anunciada, al identificarle su ciudadanía como el genuino representante de un excluyente nacionalismo españolista y principal inconveniente para un nuevo acomodo de Catalunya en España.
12.- Finalmente, que UDC, como derecha catalanista, no haya conseguido introducir su mensaje conciliador que apuesta por una renovación de la relación entre la nación catalana y el conjunto de la española, es muy significativa del deterioro y de la polarización política que llega a reinar en Catalunya. UDC, se estrenaba por primera vez yendo a unas elecciones en solitario. Al no llegar a alcanzar el 3% de los votos de sus teóricos y potenciales votantes, unos se han ido con JpS y otros por temor han preferido un voto prestado a Ciudadans, le ha llevado a no conseguir su objetivo de estar representado en el nuevo Parlament. Los equilibrios que ha venido llevando a cabo, Duran i Lleida con la UDC, que siempre estuvo sobre representada por CIU en las instituciones parlamentarias, le ha costado el fracaso en una situación extremadamente tensa. Medio punto de votos le ha faltado para que en estos momentos pudiera estar jugando el papel que actualmente desempeña la CUP de cara a la investidura del nuevo president de la Generalitat, escenario por tanto diametralmente distinto al surgido. Pero, parece que en la actual refriega entre matones del barrio, no había lugar para un pequeño apaciguador.
13.- En consecuencia, una campaña extremadamente crispada, sin contenidos más allá del independentismo y por tanto trilero, porque se convocan como autonómicas pero para convertirlas en plebiscitarias, para lo cual se monta una heterogénea candidatura mayoritaria, no para, estatutaria y constitucionalmente, gobernar Catalunya sino para su ruptura con el resto de España sin pasar por reforma alguna y sin contar con el resto de los hispanos, de cara a llevarla a la independencia y donde el candidato a liderar ese proceso no va el primero de la lista que la propicia sino el cuarto. Así, se desarrolla una campaña electoral que carece de balance de la gestión realizada por el Gobierno saliente ni interesan los programas para la nueva gobernanza. Hasta hemos visto que para la comunicación y las réplicas entre distintas opciones ha irrumpido un nuevo idioma, ajeno al catalán o al castellano, como es el indio, y se han convocado actos donde el reclamo principal era ver bailar al candidato. Y en lo que a lo fundamental se refiere, la independencia de Catalunya, se han expuestos prospectos identitarios como curativos milagrosos de todos los males, sin importarles ni querer entrar en conocer las contraindicaciones nefastas que generan en el organismo…
En fin, un auténtico disparate.
Y lo preocupante de la situación es que, tras ganar las elecciones la candidatura JpS y perder el plebiscito, los primeros síntomas tras la contienda electoral van en la misma dirección. Bastaba observar las reacciones de los principales actores de la confrontación en la misma noche electoral. Un Artur Mas, haciendo su particular y sesgada lectura del resultado para sentirse legitimado de cara a empezar a poner en marcha la hoja de ruta independentista, y por la otra parte, Rajoy, con su tancredismo perpetuo, hablando del fracaso de los independentistas, nada del fracaso de su partido o de sus políticas, con su manida retahíla, basada en la impotencia y en la inutilidad, de que mientras permanezca en la Moncloa nadie podrá poner en cuestión la unidad de España ni se va a prestar a dialogar con lo que no respetan las leyes. Excelentes y ciegos maquinistas para el choque frontal de trenes.
Encima, y cuando más tocado andaba Artur Mas por los resultados obtenidos y surgían los primeros movimientos para hacer posible la investidura de un nuevo president, aunque fuera otro diputado apoyado por la CUP, no se le ocurre otra cosa a la fiscalía que imputarlo y señalar una fecha para su declaración ante el juez que no podía ser otra que el 15 de octubre, luctuosa para Catalunya y para cualquier demócrata, el 75 aniversario del fusilamiento por el franquismo del president constitucional de la Generalitat, Lluis Campanys.
De nota. Otra vez el victimismo independentista con un reencarnado Artur Mas y una CUP que se escondía para analizar la nueva situación. Ni a Fernando VII se las ponían así.
Pero lo más urgente, y nos afecta a todos, es que la Generalitat y el Gobierno de España sosieguen y midan las consecuencias de sus posiciones, entiendan sus responsabilidades, en la tensión negativa que han contribuido a crear en Catalunya y en España, y empiecen a dialogar dejando posiciones maximalistas antes que sea demasiado tarde para buscar una salida incluyente a todos los catalanes y demás españoles.
Asimismo, a esta tarea deben contribuir la gran mayoría de fuerzas políticas de ambos ámbitos territoriales. Queda, al ritmo que va el deterioro de las relaciones, muy poco tiempo para evitar precipitarnos en una crisis de quiebra institucional, política y social, de imprevisibles consecuencias y que sería muy difícil de restañar.
* Este artículo vio la luz en aquellas fechas en el periódico digital catalán PUBLICOSCOPIA ya cerrado: http://www.publicoscopia.com/opinion-politica/item/4951-analisis-de-las-elecciones-catalanas-27s-2015.html
OTROS POST PUBLICADOS EN ESTE BLOG SOBRE LA CUESTIÓN CATALANA.
20.11.2017.- “FORO 26-J”: LA IZQUIERDA Y CATALUÑA: https://ignaciotrillo.wordpress.com/2017/11/21/33301/
04.09.2014.- EL TRANCE CATALÁN: https://ignaciotrillo.wordpress.com/2014/09/03/23882/
14.12.2013 .- SOBRE LA INDEPENDENCIA DE CATALUÑA: https://ignaciotrillo.wordpress.com/2013/12/12/20171/
26.11.2012 .- EL LABERINTO CATALÁN, TRAS LAS ELECCIONES: https://ignaciotrillo.wordpress.com/2012/11/26/13454/
19.11.2012 .- EL DEBATE CATALÁN: https://ignaciotrillo.wordpress.com/2012/11/19/13157/
13.09.2012 .- ENTRE “LA DIADA” Y LOS LÍOS DEL PP : https://ignaciotrillo.wordpress.com/2012/09/13/11259/
09.03.2012 .- PP = REFORMA LABORAL = CIU: https://ignaciotrillo.wordpress.com/2012/03/09/5716/
11.01.2012 .- CiU HABLA PP EN LA INTIMIDAD: https://ignaciotrillo.wordpress.com/2012/01/12/3482/
22.11.2011.- CONVERGENCIA Y UNIÓN DE CATALUÑA SE CISCA EN SU ELECTORADO Y EN LA ÉTICA POLÍTICA: https://ignaciotrillo.wordpress.com/2011/11/23/convergencia-y-union-de-cataluna-se-cisca-en-su-electorado-y-en-la-etica-politica/
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Aquilino
octubre 3, 2015
Bueno, parafraseando al Forges, las fronteras las establecen unos y, luego, cuando alguien quiere cambiarlas le dicen que no.
¿Quién puso las primeras?
Su análisis, ocurrente, sin duda, le falta un ingrediente: «La paciència s’ha acabat» desde hace ya 10 años cuando votamos un Estatuto y los de las actuales fronteras se lo pasaron por el Arco del Triunfo (el suyo, claro).
Ignacio Trillo
octubre 4, 2015
Gracias, señor Aquilino por su molestia dando su opinión en este modesto blog. También, en su libertad de expresión por expresar el deseo independentista, aunque de camino arremeta con simpleza contra la autoría de este análisis electoral, situándonos a los que nacimos y vivimos del Ebro hacia abajo, aunque en el caso de Joan Corominas, coautor de este análisis y originario catalán, de Tarragona, ni se dé; o sea, los que no somos de su seny, somos fachas, del Arco del Triunfo franquista. Muy profunda su agudeza y reflexión. Le felicito. Y nada tengo que ver con las fronteras existentes, se lo juro, estaban igualmente trazadas cuando nací. Si pretendo algo en esta dirección es que se levanten las existentes y desaparezcan, con lo que entenderá fácilmente que tampoco sea partidario de que se instalen otras nuevas, aunque el que venda las concertinas sea un paisano malagueño que se está forrando con la crisis de los refugiados y al cual también desde Cataluña se le pretende engordar el negocio. Un atento saludo.
Andrés Jiménez
octubre 12, 2015
Te felicito por el pedazo de curro que te has dado. El panorama que ofrecen esos datos lo que hace a mi parecer es aumentar la incertidumbre. Juguemos pues a especular cada uno los posibles escenarios. En cualquier caso, lo único que creo posible aunque tardío y que merezca la pena son los movimientos y organizaciones de Catalunya, hecho por catalanes y para los catalanes, que difundan la idea de que merece la pena convivir juntos en un solo Estado o sea lo dífícil y desde fuera utilizar la inteligencia con razones y métodos que vayan poco a poco rompiendo el victimismo que muchas veces por actuaciones indeseadas se han realizado. Un dato curioso Ignacio, en el mundo sindical representativo del espacio vasco y catalán, CC.OO desde los tiempos de López Bulla, ha ido proceso tras proceso de elecciones en empresas catalanas ganando las elecciones, a nosotros desde fuera, veíamos el acento siempre diferente de las formas de relacionarse con el resto del conjunto del la organización en el Estado español, no obstante, siempre hemos sido mayoritarios, no existen pues sindicatos independentistas que puedan hacer sombra a CC.OO. En cambio, el caso vasco es diferente, alli nunca hemos visualizado formas de relacionarse diferentes, esto es, han operado de igual forma que cualquier otra comunidad en el Estado Español, allí CC.OO. es minoritaria, siendo los mayoritarios ELA STV y LAB.