CIU SE CISCA EN SU ELECTORADO Y EN LA ÉTICA POLÍTICA
A menos de cuarenta y ocho horas del cierre de los colegios electorales, CIU, que se presentó a las pasadas elecciones catalanas planteando la rebaja de impuestos, una vez llegado a la Generalitat se olvidó de esa promesa, muy en la línea de lo que hicieron Merkel, Cameron y repetirá aquí Rajoy, emprendiendo la política de ajuste duro que ha llevado a los sectores de sanidad y a la enseñanza a manifestarse a la calle, unos por despidos o no renovación de contratos y otros para manifestar su protesta por los cierres de establecimientos públicos y de prestación de servicios.
CIU, emprendió su campaña electoral para el 20N con el victimismo que caracteriza al nacionalismo, con si discurso: Madrid nos quita el dinero y se lo da a los andaluces que son unos vagos por lo que tenemos que pagarle sus eternas estancias en los bares, mientras aquí hay que emprender recortes porque no llega lo que se recauda y hay que pagar los servicios públicos.
Para ello, CIU diseña una campaña electoral en este 20-N basada en su reivindicación para la consecución del cupo catalán, en imitación al concierto vasco, esperando que el electorado, ante el tsunami de votos previstos a favor del PP, partido que denuncian «los convergentes» como anticatalanista, le vote, para la autodefensa de lo catalán y del bolsillo particular de los que usan el nacionalismo y sus banderas hasta para indecentes intereses, en las urnas. Esa fórmula, es de reconocer, le ha funcionado perfectamente a CIU consiguiendo un récord histórico de votos.
Pues bien, ahora, a menos de dos días del cierre de las urnas, se mean en los que los han votado y de camino contaminan la ética política, anunciando un paquete de nuevos recortes, que bien calladitos se los han tenido en la campaña electoral, por el que van a rebajarles nuevamente el salario a los empleados públicos, subir el precio de los trasportes públicos, la gasolina, las matrículas en los centros públicos
de enseñanza, de sus tasas y rebajar las becas a la vez que introducen el copago en el sector sanitario. Nada de crear ningún impuesto sobre grandes fortunas o sobre la riqueza ociosa.
De vergüenza. Hace falta una ley penal sobre responsabilidad política que lleve a la cárcel a los responsables de estos fraudes electorales, a quienes ejecutan medidas no contenidas en los programas electorales y que se presentan sin previa consulta electoral mediante primarias, y a los responsables de que se programen otros para engañar a votantes, quedando muertos de risas en los archivos históricos de sus sedes partidarias.
A ver si el engañado electorado catalán de CIU reacciona y además el 15-M le monta un pollo, aunque pacífico, desenmascarando a estos señores de la derecha, envueltos en el textil del agravio nacionalista de la pela, hoy futuros recaudadores del euro pero de los que menos tienen y a los que dejarán desprotegidos.
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Posted on noviembre 23, 2011
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