CARTA ABIERTA A ALBERT RIVERA (17.08.2016)

CARTA ABIERTA A ALBERT RIVERA

Ignacio Trillo

A mi compatriota Albert

Los miembros de Ciudadanos, partido que presides, deben pensar más en su país que en mantener a quién lidera la corrupción y la degeneración de la democracia. Debes instar a que Mariano Rajoy sea valiente por una vez y dé el paso pero para pasar a la oposición y así facilitar una investidura de Progreso. Cuanto antes Ciudadanos debe rectificar y asumir el sentido de Estado para hacer posible políticas de regeneración democrática y de atención a la emergencia social, como le ha demandado su cuerpo electoral el 20-D y el 26-J

Compatriota Albert, a la vez casi paisano por tu proximidad familiar malagueña, permíteme que escriba recto sobre los renglones torcidos de tu misiva lanzada a Pedro Sánchez este domingo, día catorce de agosto, y que has publicado en el diario El País(1):

Que conste inicialmente que no me ha alegrado saber nuevamente de ti, bien por las penosas circunstancias que por poco tiempo deseo que sigas instalado, o por el contenido carente de rigor histórico que has hecho gala en el contenido de tu carta a Pedro Sánchez para justificar tu encierro en un búnker, aunque no sería para menos tras haberte proclamado baluarte de la regeneración.

No obstante, reconozco el eco alcanzado para tu notoriedad, aunque sea efímera, por mor de este esfuerzo que has realizado en pleno puente de agosto para ratificarte una vez más en la calificación de “veleta”, que para nada me gustaría que te siguieran aplicando, pero que, a la espera de tu rectificación sobre la anterior rectificación, con tanto desvelo pareces empeñado a diario en ganártelo a pulso.

Rajoy, en su exasperante paso a paso.

Coincide tanta locuacidad con el silencio sepulcral de que hace gala tu último aliado. Quién su paso a paso de tortuga más que llevarle a la investidura solo le interesa aplicar para su uso mediático como circo senderista, para amparar a corruptos, a para hacer desfallecer a su adversario, y siempre acreditado por su habitual impertérrita indolencia.

Albert, en la línea de cambalache en que andas metido y porque nos tienes a los demás, quiero ser bien pensado, de lo más despistado  -donde le dijiste al arrogante Rajoy a ningún sitio voy contigo, dices ahora: Mariano, abrázame porque te apoyo y Pedro Sánchez debe abstenerse- no mereces el desplante recibido por tan frívolo interlocutor, despachándote con un vuelva usted la semana que viene porque sea otra falacia de su prostituida cosecha la urgente formación de gobierno. Además, cuando trabaja aún menos que el suplente de los Reyes Magos a cuya fecha a este ritmo aspira a llegar en funciones.

Acuerdo en la anterior legislatura, PSOE-Cs

A pesar de ello, arremetes sibilinamente contra tu aliado de antier, Pedro Sánchez, sumándote a esa manía mediática-monclovita puesta de moda como arma arrojadiza de destrucción masiva empleada contra el adversario político del actual inquilino de la Moncloa, para situar en el centro del tablero del conflicto, no al que ningún grupo de diputados desea por destilar tan abundante hedor y por haber utilizado su rodillo de mayoría absoluta para imponernos la marcha atrás en la historia sino, para que se abstenga quien no ha sido el designado por el Jefe del Estado para ser investido y pretende ser consecuente con su promesa electoral, dejando con el trasero al aire libre a más de uno.

Atravesamos más tiempo para el desasosiego

Albert, si remontas la mirada a tan solo un año, junto a la extenuación arrastrada por la población española por los siete años de profunda crisis no solo económica sino también de valores y de ineficiencia gubernamental con repercusión en todas las esferas de la gestión política, incluyendo el saqueo a lo público, percibirías las altas dosis de ilusión que existían entonces porque se tenía la esperanza que más pronto que tarde habría de producirse el cambio del ciclo histórico y el inicio de una segunda Transición para nuestro sistema democrático agotado.

Pues bien, si esa misma contemplación la realizas al panorama de hoy, el horizonte no puede ser más desolador. Dos comicios generales celebrados donde el cuerpo electoral no ha fallado, expresando su inequívoca voluntad de cambio, basado en el pacto y en el equilibrio, y en cambio unas fuerzas políticas mediocres, impotentes e incapaces de traducirlo para una nueva gobernabilidad de progreso y no para prolongar un continuismo agónico, lo que ha desembocado a que el hastío del cuerpo electoral a la política y el divorcio hacia sus liderazgos adquieran hoy una dimensión cósmica, sin precedentes.

Por medio, se le escupió al cuerpo de votantes del 20-D por sus representantes, con distintos grados de irresponsabilidad, como diciéndole que había errado en el dictamen emitido en las urnas y tenía que volver a repetirlo con el coste adicional para el bolsillo del contribuyente. Y ese mismo y tozudo censo volvió a pronunciarse el 26-J sin cambiar, solo con leves movimientos, su tendencia numérica cuantitativa ya expresada el 20-D a favor del cambio.

Aparte de volver a denostar al bipartidismo que cubrió el reciente pasado histórico. No hablemos de la desafección al partido del Gobierno. Ocho de cada diez españoles censados no votaron al PP, y todo ello a pesar de la decepción causada, sobre todo por no haberos puestos de acuerdo las dos nuevas fuerzas emergentes. Ahora, que tanto añoras la Transición, sería trasladable a que Manuel Fraga Iribarne y Santiago Carrillo Solares, o viceversa, en aquel tiempo se hubieran declarados incompatibles, y más razones de toda índole hubo entonces para que se produjera.

Y para redundar, Albert, apuntarte que desde el 26-J se mantiene entre nuestra ciudadanía hasta el día de hoy ese ambiente adverso al PP, en cuanto siete de cada diez españoles rechaza frontalmente a Mariano Rajoy como presidente de Gobierno.

España, como señalas, vive un momento crucial en su historia, y a la vez delicado añadiría, el más importante en democracia desde la Transición. Y que toca a todos los líderes políticos, exceptuaría al amparador de corrompidos y corruptor de la democracia, demostrar si aquella intensa y exitosa etapa, germen de nuestra democracia moderna, fue simplemente un oasis de coraje, sentido de Estado y capacidad de ceder y acordar, o si realmente se culmina ahora abriendo una sólida segunda Transición con nuevos consensos.

Pero, Albert, para priorizar la regeneración del sistema, la restitución de los derechos políticos, laborales y económicos, usurpados, y acabar con la corrupción estructural que impera y amenaza no solo a la ética y a los valores democráticos del sistema sino también a nuestra convivencia y conciencia fiscal, no puede ser que prosiga gobernándonos el partido en B, sería tanto como no tener sentido de Estado sino liquidar el Estado entregándoselo a la almoneda. No solo es un problema acabar con los imputados sino sobre todo con la organización criminal creada para delinquir que reproduce con sucesivos partos múltiples una nueva caterva de imputados.

La firma de los Pactos de la Moncloa. 1977.

Cambio con cultura de pactos que debería ser, como expresas, Albert, al igual que el de aquellos años en los que se elaboró una Constitución para todos, o se sellaron los Pactos de la Moncloa, pero sin omitir que nunca Adolfo Suárez quiso aparecer teniendo como solitario aliado a la fuerza política, Alianza Popular, sino más bien tenerla a su lado de comparsa de cara a neutralizarla. No podía ser de otra forma como castigo a quien venía como herencia del más puro franquismo y dividida en su seno para no decir SI a la Carta Magna.

En el mismo sentido positivo de la Transición, continuas, Albert, recordando los inmediatos años posteriores que llevaron a la modernización de España en los primeros gobiernos de Felipe González. No obstante, conscientemente también olvidas, o todavía no lo has estudiado, que previamente, tras las elecciones generales de 1979, el líder socialista no quiso abstenerse, menos acordar o con apoyo condicionado, ante el Gobierno de la UCD, que no había obtenido mayoría absoluta pero si 169 diputados y no los actuales 137 del PP. Además, González propició un año después, mayo de 1980, en plena vorágine de una ofensiva desestabilizadora contra Adolfo Suárez procedentes de la derecha más cavernícola y de los poderes fácticos más ultras, incluido el golpismo militar, una moción de censura como desgaste al Gobierno de UCD sin que los números de escaños dieran para su triunfo.

Pareciera, Albert, que aún no existía el sentido de Estado o que las puertas giratorias de hoy en día pesan más de lo que supones.

También olvidas, estimado Albert, que en la lucha por los valores constitucionales que tanto aprecias de la era Felipista, como el derecho a la interrupción por la mujer de su embarazo, las apuestas por la sanidad y la enseñanza pública y universal, por el sistema de pensiones, que siempre han sido coprotagonistas de los momentos importantes de la democracia española, obtuvo siempre el voto negativo de AP, como años antes sucedió con la ley del divorcio o la reforma fiscal de UCD, donde no solo figuraba la negatividad de don Manuel Fraga sino también la de sus aguerridos herederos, José María Aznar y el ínclito y sempiterno, Mariano Rajoy.

Javier Maroto, el primer dirigente del PP que se casó con su novio acogiendose a la Ley de Matrimonios de Zapatero y Mariano Rajoy asistió a su boda sin levantar el recurso de incontitucionalidad que el PP interpuso.

Reproducida luego tan recalcitrante actitud, por el refundado PP de Aznar que tuvo su continuidad en la holganza de Mariano Rajoy, como bien sabes, Albert, entonces imberbe de nueva generación, que estuvo a la cabeza contra la Ley sobre los Matrimonios de personas del mismo sexo, contra la reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña, germen del actual y peliagudo conflicto territorial, contra la ley de la Memoria Histórica, contra la Ley de Dependencia, contra la Ley de Igualdad entre hombres y mujeres…Y de lo que ha venido haciendo Rajoy desde su llegada a la Moncloa hasta el día de hoy, mejor por consabido ni te lo refresco.

Como sigues apuntando, después de las elecciones del 20-D, el mapa político español cambió como nunca lo había hecho en 30 años. Los españoles dieron la victoria al Partido Popular, pero con 63 escaños menos que en 2011, y al PSOE le otorgaron 20 escaños menos que en la anterior cita electoral. Para cubrir esos vacíos aparecieron Podemos con 69 diputados y Ciudadanos con 40.

Los españoles apostaban así por el cambio y a los viejos partidos a dejar de seguir practicando el bipartidismo, no para tener que darse la mano en un Gobierno de Gran Coalición, como sería la consecuencia que insinúas en eso de estar obligados a pactar entre ellos, sino para abrir un espacio mínimo de diálogo más plural, de cara a hacer pasar a la oposición a los del cuatrienio negro con latrocinio incluido. Pero ni socialistas, ni emergentes, entre los que te incluyo -aunque los cofrades morados de Pablo Iglesias estén siendo para nota, de incompetencia y ceguera, lógicamente políticas, quizás porque al igual que tu caso tampoco goza de memoria histórica- parecieran entender el mensaje y hasta la fecha os habéis negado a poneros de acuerdo.

Aunque reconoces, Albert, que Rajoy no es el adecuado para liderar la nueva etapa, argumentas que continúe porque el país debe ponerse en marcha, como si nuestras gentes, entre quienes hay muchos que te han votado, estuvieran dispuestas a soportar más sacrificios o más corrupción procedente del zorro al que encomiendas ahora que guarde el gallinero donde debiera estar protegido la democracia y nuestros bolsillos.

Como manifiestas, la negativa de Rajoy al Rey para ir a la investidura provocó una irresponsable crisis institucional sin precedentes, pero pareces, Albert, que no lo tienes en cuenta ahora. Como la negativa a que su Gobierno en funciones sea controlado  por el Parlamento, al igual que su partido no condena los crímenes del franquismo, niega la exhumación de los conciudadanos constitucionalistas que yacen tras más de tres cuartos de siglo bajo las cunetas, o tanta alergia tiene a cambiar los nombres de las calles que homenajean todavía a los autores de la cruzada nazi-fascista. Está claro que u antecedente no es la democracia.

Como Rajoy no respeta ahora el segundo mandato que le designa el Jefe del Estado para fijar plazo a su investidura, ni tan siquiera asevera a cumplimentarla si los demás no le dais un cheque en blanco, porque sin legislar las propuestas y condiciones que previamente se le impongan para facilitar su investidura son papel mojado, un canto al sol. Más, viniendo del campeón de la desvergüenza, Mariano Rajoy, que ha hecho de la mentira su mejor virtud. El mismo tramposo de la financiación ilegal para sus campañas electorales, como el que hizo bajar los impuestos antes del 20-D para que el gobierno que saliera de las urnas, no pensó, porque no piensa aunque exista, que fuera el suyo, recibiera posteriormente la penalización de la UE.

Ciudadanos, empezó su particular concepción de la regeneración contribuyendo a poner a Ana Pastor de Presidenta del Congreso. Hoy, la voz de su amo, Rajoy, bloquea la investidura no poniendo fecha a su celebración.

Por si fuera poco, Albert, acordar con un corrupto es mancharse de excrementicia y ser cómplice de su inmundicia, Así se te sitúa ya como corresponsable del bloqueo actualmente existente en el Congreso de Diputados. No debes por tanto perseverar más en indultar su corrupción y en blanquear el cuatrienio black de su gestión. El apoyo de Ciudadanos al nombramiento de la presidenta del Congreso de Diputado en la señora Ana Pastor, la voz de su amo, contraviniendo el otro principio del partido que presides de que el legislativo no fuera presidido por quien aspirara a encabezar las presidencia del nuevo ejecutivo, denota la urgente necesidad de que huyas de la amistad peligrosa ahora pretendida.

Por ello, te invito a enviar una segunda carta a Pedro Sánchez, sin tener que cambiar en demasía el texto del guión expuesto en tu actual misiva, salvando a tu partido de otras quemas similares habidas, como las de UCD, CDS o la más recientemente, UPyD.

Así debes conservar lo dicho de que estás lejos de renegar de aquel trabajo de negociación realizados por los equipos de Ciudadanos y PSOE, y de tu satisfacción por haber alcanzado en aquellas fechas un acuerdo con 200 reformas. Un pacto que es, sin duda, una buena base para una nueva negociación entre partidos progresistas de cara al cambio, dejemos lo de constitucionalistas tras las manchas habidas en las que te incluyo en tu afán de violentar la Carta Magna al pretender que el Rey presionara a Pedro Sánchez de cara a su abstención frente a Rajoy, para por el contrario y a partir de ahora prestar los apoyos necesarios de cara a una nueva investidura de Pedro Sánchez, esta vez asegurando su éxito.

El disco duro de Rajoy

Bastaría una simple declaración en ese sentido, contraria a la expresada la semana pasada, ya estás habituado a rectificarte, ante la ausencia de credibilidad que ofrece Rajoy para que el huevon se aparte de la investidura y se dedique en tanto espera el banquillo judicial a lo que le gusta, ser empedernido lector de los periódicos deportivos. Seguro que esta vez se va a sumar la escarmentada formación de Iglesias y no va a coincidir con el NO de Rajoy. Sé valiente y adelántate al paso que va a tener que dar Pedro Sánchez. Así, evitemos también unas terceras elecciones que tanto temes, y que el electorado español tampoco se merece.

Seguro que el secretario general del PSOE te lo va a agradecer nuevamente en público y en persona como sentido de Estado de Ciudadanos, y yo además quiero hacerlo aquí.

Ahora bien, después del fiasco anterior hay que cuidar el formato y el escenario. Nada de fotos ni de reparto oculto de vicepresidencias o autopresentada en ruedas de prensa.

Inicialmente, tu nuevo discurso debe incidir en la voluntad de los españoles manifestada en las urnas el 26-J, con 13,5 millones de votos al menos que apostaron por el cambio, frente a los 7,9 millones logrados por el PP, que obliga a Pedro Sánchez a tomar una decisión importante para el PSOE, pero sobre todo trascendente para España. Porque urge un Gobierno, urgen reformas, urge acción, pero no de cualquier tipo ni a costa de cualquier precio. Y ante semejante escenario, el PSOE debe encabezar una negociación política por separado, “a la portuguesa”, cosiendo lo que une y apartando lo que separa, para permitir con su ofrecimiento arrancar la legislatura. Y al ecuador de la misma, hasta donde le serían obligatoriamente leales las otras fuerzas del cambio, someterse a una moción de confianza.

De este modo, Ciudadanos exige al PSOE la formación de un gobierno en minoría presidido por Pedro Sánchez con notable presencia de cualificados y solventes independientes, para las reformas, la regeneración y el control a la corrupción que nunca quiso o puede hacer el partido de Rajoy porque sería como tirarse piedras sobre su propio tejado.

Atentamente. Fdo.: Ignacio Trillo.

A continuación, Albert, te propongo, en base también a parafrasear tu texto, el siguiente borrador de la nueva correspondencia a dirigir a Pedro Sánchez con copia a su Comité Federal.

Del compatriota Albert Rivera al compatriota Pedro Sánchez (segunda carta)

El PSOE no puede estar al margen o abstenerse de la actual coyuntura política extrema por la que se atraviesa, sino que por más que le cueste debe ponerse de acuerdo con las fuerzas del cambio para encabezar un Gobierno que lleve adelante la regeneración anhelada y atienda la emergencia social

Albert Rivera y Pedro Sánchez

Estimado Pedro Sánchez: A diferencia de muchos otros políticos, e incluso muchos de tus propios líderes históricos, yo ya no te voy a pedir en estas líneas, ni a la dirección del PSOE que presides, que te abstengas en la investidura de Mariano Rajoy, porque no ha lugar. Le he retirado mi posible apoyo a Mariano Rajoy. Impropio también de recomendárselo a un partido con decenas de miles de militantes que se oponen a que siga el PP, y con más historia que ninguna otra formación política española, que además ha planteado nítidamente su voto contrario a la continuidad de las fechorías que han caracterizado la actividad gubernamental y parlamentaria de Mariano Rajoy.

En Ciudadanos, pensando no solo en nuestro interés partidista y vista la pasividad y falta de determinación de Rajoy, deseamos emplear nuestros 32 escaños para votarte SI nuevamente de cara a desbloquear España, exigiendo las reformas y la regeneración que bien conoces.

Actual Comité Federal del PSOE

Me gustaría igualmente entre otras cuestiones que el Comité Federal del PSOE reflexionara en este momento decisivo para España sobre el papel que quiere jugar y diera el paso hacia adelante que propiciara dar luz verde para aceptar la investidura que te propusiera el Jefe del Estado. Me gustaría que se sumara a nuestro sentido de Estado. En política, como en otras facetas de la vida, muchas veces nos toca rectificar para escoger la solución no ideal sino la mejor entre las posibles. Los españoles no han querido que el cambio llegue al Gobierno de España presidido por Ciudadanos, pero es factible con la actual composición del Congreso, y desde una colaboración responsable y sin populismos, tanto por Ciudadanos como por la otra fuerza del cambio de cuyo nombre no quiero acordarme, para que desde fuera del área gubernamental podamos desempeñar un papel clave de cara a la estabilidad y al progreso de España. De lo contrario, que cada cual se retrate y los españoles al tener que volver a votar, siendo imprescindible para entonces que ninguno de los que hemos sido incapaces de ponernos de acuerdo podamos comparecer de nuevo ante las urnas, decidan.

La portada que del diario El Mundo que Rivera sacó en el único debate preelectoral del 26-J entre cabezas de listas y que fue televisado.

Entendemos que Mariano Rajoy no es la persona adecuada para liderar una nueva etapa, pero es imprescindible que la legislatura y el país se pongan en marcha, atendiendo al apoyo de la mayoría parlamentaria regeneracionista que resultó del 26-J. Ya han pasado casi 300 días desde que se convocaron las elecciones del 20-D. No es momento de desentenderse de España, es momento de preocuparse y ocuparse más que nunca, para enderezar el rumbo perdido en la última década y conseguir que la ciudadanía piense de nuevo que la política y los políticos no somos el problema, sino parte de la solución.

Un ilustre socialista me dijo un día una frase que comparto plenamente: la mejor manera de mantener el liderazgo al frente de un partido político es tener liderazgo, proyecto y gobernar el país. Espero y deseo que los actuales dirigentes socialistas piensen más en nuestro país y en nuestros compatriotas, y menos en quién liderará su partido en un futuro.

Le deseo suerte y acierto en su nueva decisión por el bien de España. A su disposición para iniciar los contactos y conversaciones.

Fdo.: Albert Rivera Díaz, Presidente de Ciudadanos.

(1) Diario El País:  http://elpais.com/elpais/2016/08/13/opinion/1471101532_911185.html

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