La derecha española solo es responsable ante Dios y su historia (27.04.2024)*

Posted on abril 27, 2024

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Ignacio Trillo

Pedro Almodóvar, en su carta de reflexión acerca de la situación por la que atravesamos, siente, como los demás españolitos de cuerpo aun presente que vinimos a este mundo, que él tampoco puede más, no solo Pedro Sánchez, el presidente constitucional de España.

Ya os podéis imaginar cómo lo está también este opinante, para más inri dedicado a estudiar e investigar la Historia de España de los dos últimos siglos.

Ante la constante involución estratosférica en la composición y la forma de hacer política que caracteriza a la derecha española, la primera pregunta que nos hacemos los metafísicos, es: ¿Por qué Dios, que en nada nos guarda, desde su obra creativa, nos castigó con esta derecha que desde tiempos ancestrales padecemos? Incomprensible que su pueblo elegido, Israel, constatando el holocausto que realiza con el pueblo palestino, sea más proclive a sus bendiciones y parabienes que la población española.

Cuanto nos viene sucediendo estos días en España, hunde sus raíces, no en la moción de censura que echó del poder al pasota mamarracho y galimatías de Mariano Rajoy –«no es una trama del PP sino contra el PP». Verbigracia: La Gürtel, Rodrigo Rato o Eduardo Zaplana-; o cuando la mentira de «el 11-M es ETA» le impidió su acceso al Gobierno porque además su jefe de prieta las filas dijo aquello de «os puedo asegurar que Sadam Husein tiene armas de destrucción masiva» y nos metió en una guerra, en Iraq, aparte de la del esperpento de Perejil.

Tampoco procede del tiempo anterior, cuando el PSOE arrolló en las elecciones de 1982 y la derecha franquista, tras cargarse el proyecto centrista con vocación europeista de la UCD, se refundó en su mismo estiércol para proseguir siendo lo que era: heredera de la Dictadura que pasó su mando, por el «tutía» de Manuel Fraga, ministro del genocida africanista general Franquísimo, al falangista de nuevo cuño José María Aznar, conocido en otros lares como míster Ansar.

Por el contrario, esa derecha, tiene sus fundamentos reaccionarios más atrás, en el siglo XIX. En el fallido nacimiento de una burguesía empresarial, progresista e ilustrada y, como consecuencia, en el fracaso de los intentos de industrialización para que España entrara en la modernidad, en tanto en Europa se desarrollaba la revolución liberal que ponía fin a las estructuras semifeudales, caciquiles y clericales, herencia del Medievo.

La Constitución de 1812, la guerra de ¡vivan las caenas! contra los franceses, el absolutismo fernandino, los leves paréntesis progresistas –Sexenio Democrático con I República- la Restauración, el Desastre de Annual, el golpe de Estado de Primo de Rivera, la II República, con Sanjurjada y Bienio Negro, el Genocidio de 1936-1939 contra las urnas del 16 de febrero, la Dictadura de Franco, la Transición… son la cara y cruz de ese turbulento devenir histórico, entre el intento de avance y el retroceso secular de la sociedad española, entre la España que moría y esa España que bostezaba.

Y por medio de ese trajín, la misma derecha española de la caverna celtibérica, infundida por la divinidad, bajo palio de obispos y cardenales por si alguien lo dudara, para el ejercicio, en plan monopolista, del poder político-económico, como derecho contra natura de pernada, en propiedad sempiterna, no para su praxis en aras al interés general, sino para sus corruptos intereses privaditos. «Estoy en política para forrarme» (Zaplana). La boda con invitados de la mafia nacional y parte de la internacional que protagonizara Anita Aznar y Alejando Agag. El opositor Feijóo, íntimo amigo agasajado por el narco gallego. La presunta homicida de miles de ancianos, impune presidenta Ayuso, descerebrada con peligroso asesor etílico, viviendo en el domicilio adquirido, incluido el mobiliario de la cama de himeneo, por el blanqueo de dinero defraudado a la Hacienda pública por su pareja… son prácticas normales de esa derecha que para llevar a cabo tal nivel de delincuencia no puede vivir sin el poder que le ampare, independientemente de lo que digan las urnas. ¿Cómo van a realizar sus fechorías sin la cobertura que les proporciona el pestilente poder judicial, también por caducado, como es el delictivo por anticonstitucional CGPJ, prevaricador y malversador del dinero público?

Por tanto, lo que viene sucediendo desde que Pedro Sánchez accedió a la Moncloa no es nada nuevo. Forma parte, como continuidad ininterrumpida, de nuestro desgraciado legado histórico. Hasta en estos últimos meses esta sufridora y burda derecha que soportamos está demostrando carecer de la más mínima originalidad. El golpe de Estado de terciopelo que, paso a paso, inició, tras haber perdido dos elecciones generales, desde la toma de posesión de Pedro Sánchez en vísperas de la peor pandemia sufrida, y tras una tercera derrota, las de julio 2023, viene consistiendo en lo mismo: deteriorar la política, las instituciones, las personas que no piensen igual, la legitimidad de todo lo que no les corresponde, comprar tránsfugas o decrépitos -¿qué pensará la pobre familia de Joaquín Leguina o la de Nicolás Redondo junior? ¡Qué vergüenza…!- apoyar las huelgas de agricultores, organizar manifestaciones contra un presidente recién nombrado por el Congreso, de guardias civiles, policías, jueces que lo efectúan hasta con las togas puestas contra una ley de Amnistía sin conocer una sola línea de la norma que tendrán que aplicar y que para eso cobran ¿habrá un escándalo más mayúsculo?, ¿dónde han estudiado o han opositado?… Todo lo impresentable le sirve a esa derecha dinosaurio para desestabilizar, para su estrategia de la tensión. Como si la España actual fuera el Chile de septiembre de 1973.

Al carecer de liderazgos y alternativas, e ir España, como nunca fue: en derechos y libertades, en avances sociales, igualdad, empleo, salarios, pensiones,… es lo que les queda: además de la compra y contratación de una caterva de mercenarios de la intoxicación mediática, nada que ver con el papel de los profesionales del periodismo de cabeceras conservadoras, para alimentar con sus fake news la materia marrón de sus masas de ignorantes, todo ello de cara al derrocamiento del poder político democrático.

Bajo este panorama descalificador, la cadena de defensa de la salud, la higiene, y la decencia pública que se estableció en la Moncloa hace seis años escasos, frente a esta peste pandémica propagada por tan vírica derecha con efectos demoledores que nos infecta desde siglos, ha saltado por los aíres por su eslabón más débil: la familia del Presidente, que ha introducido un anexo humano, pero determinante, al Manual de la Resistencia del autor.

¿Se quiere seguir siendo gobernados desde la democracia? Pues está clara la salida. Ejerciéndola en las urnas y en la calle, vacunándose contra el virus de ultraderecha PP-VOX, haciendo que se inocule, -a base de formación, conocimiento y cultura-, la población que nos rodea. Con esa inmunidad de rebaño, ya no harán falta ni cinturones de prevención sanitaria y se evitarán nuevos contagios y rebrotes antidemocráticos.

Gracias, a la epistolar de Pedro Sánchez que, aunque sea su último servicio público prestado desde la Moncloa a la sociedad española, nos ha hecho reflexionar, -a la vez que desnudar a sus indecentes opositores del Neandertal, que nada tienen que ver con la derecha democrática y civilizada europea- con que la ética y los valores humanos, nunca deben estar reñidos con la política.

Ignacio Trillo*, economista e investigador histórico.

* Recientemente, ha publicado cuatro libros: La herida de Leopoldo de Luis en el paraíso del Sur, El poeta Diego Bautista Prieto en la historia del siglo XX, Memorias antropológicas sobre la Sanidad (1910-1960) y Cinco mujeres memorialistas del siglo XX; el quinto lo tiene en puertas: Los hermanos Regueira, entre Galicia y Andalucía. Su labor investigadora está relacionada con los siglos XIX y XX sobre diversas temáticas (biografías, episodios relevantes de la sociología rural, el fallido nacimiento de la burguesía, la II República, la Guerra de España de 1936-1939, el exilio republicano en Francia y en Argelia, el franquismo…) en gran parte centradas en el gaditano Campo de Gibraltar y la provincia de Málaga.

Este artículo es publicado a la vez en los medios digitales «El Obrero» que se edita en Cataluña y «Confidencialandaluz» en Sevilla.

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