Ignacio Trillo
INTRODUCCIÓN
En el primer capítulo https://ignaciotrillo.wordpress.com/2022/04/19/maria-manuela-gomez-de-la-cruz-maestra-ilustrada-que-ejercio-en-la-jimena-republicana-19-04-2022/ se relataron las consecuencias que llevaron a que el temor y el miedo instalados bajo la dictadura de Franco dieran lugar a que la generación que conoció y vivió la II República, sufriendo a continuación la guerra y la posguerra, no transmitiera a su descendencia las vivencias propias que tuvieron que ver con aquel periodo histórico. Como ejemplo, una parte de la familia del que fuera el primer alcalde republicano de Jimena de la Frontera, Fernando Calvo de la Fuente, maestro nacional destinado en esta localidad originario de la provincia de Huelva, no llegó a saber que se hubiera producido el nombramiento como primer edil en su antecesor. Al igual, que la población de este municipio gaditano muy pronto olvidara que hubo también una ilustre maestra nacional, de tierra natal veleña, María Manuela Gómez de la Cruz, que estuvo allí destinada con plaza, hospedándose en la popular fonda «La Perla». Y que en dicha pensión, los dos docentes citados coincidieran, se conocieran, se enamoraran, y que más tarde contrajeran matrimonio, procreando a sus cinco hijos en esta localidad.
En un segundo capítulo: https://ignaciotrillo.wordpress.com/2022/05/16/maria-manuela-gomez-de-la-cruz-maestra-ilustrada-que-ejercio-en-la-jimena-republicana-2a-parte/ se abordó el origen familiar de la saga de María Manuela, el episodio que llevó a la ruina económica de la portentosa herencia familiar recibida, a sus estudios de Magisterio enmarcada en la pedagogía de la Institución Libre de Enseñanza, a tener en la capital malagueña como íntima amiga y profesora a la entonces maestra nacional Victoria Kent, y a que el primer destino docente con plaza oficial que obtuvo, transcurriera en el municipio alpujarreño de Sorvilán tras pasar previamente como maestra interina por Estepona.
Prosigue pues con el tercer capítulo que viene a continuación esta vibrante semblanza que la casualidad puede ser que la haya salvado del olvido que es tanto como que con el ineludible paso del tiempo la hubiera borrado.

María Manuela Gómez de la Cruz aterrizó en Jimena de la Frontera, con plaza en propiedad de maestra nacional, el diez de septiembre de 1923 para empezar el curso 1923-1924.

Había sido trasladada en su labor docente desde el anterior destino que había tenido en Sorvilán, situada en la granadina comarca alpujarreña, donde accedió a dicha localidad a los lomos de un burro al carecer ese entorno en aquel tiempo de comunicaciones por carreteras. Su llegada aconteció el cuatro de marzo de 1922. Permaneció allí año y medio, hasta el treinta de junio de 1923.

Antes de Sorvilán, en la condición de profesora interina había impartido la docencia en una escuela nacional de Estepona; su duración fue desde el uno de septiembre de 1921 al once de marzo de 1922, seis meses y once días.

Para el curso escolar siguiente, 1924-25, a la llegada de María Manuela a Jimena de la Frontera, apareció en esta misma localidad procedente de la provincia onubense, el también maestro nacional, Fernando Calvo de la Fuente; joven apuesto, bien parecido, que medía un metro y noventa y dos centímetros de estatura. Había hecho con anterioridad el Magisterio en la capital onubense. Se alojó en la misma pensión La Perla donde se hallaba María Manuela.

María Manuela contaba entonces con veintinueve años. Nacida en Vélez-Málaga el once de agosto de 1895 se mantenía joven y guapa. Había extrañado entre sus allegadas en el pueblo que se mantuviera soltera y sin novio, obsesión casamentera en aquel tiempo entre las comidillas vecinales sobre las mujeres que habían alcanzado ya esa edad. La presencia del joven de tan buen ver, a pesar de que contaba con cuatro años menos que ella aunque no lo aparentaba, con hechura de ser más mayor, dio lugar a que se escucharan comentarios, que inmediatamente serían trasladas a la maestra veleña, dándole la buena nueva por el nuevo huésped que había llegado a la fonda, de la misma profesión y condición de soltería, encaminados a lo bien que le vendría para emparejarse y formar familia. A María Manuela nunca le había obsesionado eso de tener que compartir obligatoriamente, por prejuicio social, la vida con un hombre, solo para tenerlo a su lado.

El nuevo maestro nacional que irrumpió en la localidad jimenata, Fernando Calvo, fue alumbrado en el pueblo minero de Nerva (Huelva) a las diez y media de la noche del día treinta de agosto del año 1899, en el domicilio de sus progenitores situado en la calle Castelar. Su padre, Victoriano Calvo Vicente, vino al mundo el año 1864, por tanto contaba con treinta y cinco años cuando ocurrió el parto de su esposa, de nombre, Manuela de la Fuente Nistal, un año menor que él. El nombre de Fernando le vino porque el padre Victoriano tenía una tía a la que quería mucho que se llamaba María Fernanda y emigró a Argentina.

El matrimonio llegó a Nerva, hay constancia que ya se hallaba en 1886, como emigrante procedente de la zamorana localidad de Vegalatrave de Alba, de donde eran oriundos al igual que sus antecesores, Luis Calvo Salva y Juliana Vicente, así como Gregorio de la Fuente Prieto y Rosa Nistal Escudero. El padre del recién nacido había sido en tierras zamoranas jornalero del campo, marchando a la provincia de Huelva, junto a su mujer, a mitad de la década de los años ochenta del siglo XIX de cara a mejorar sus condiciones salariales y de existencia.

Los padres de Fernando tuvieron además una hija, María, que emigraría a Francia buscando igualmente una vida mejor. A la llegada a Nerva, Victoriano se puso a trabajar en Cementación Celda, una de las divisiones mineras de capital ingles de la empresa «Riotinto Company Limited (RTCL)».
Minas de Riotinto. Los llenadores de la "Corta del Lago". Fuente: Jesús Pérez López. Cultura y Memoria. 31.01.2018.
Por su generosidad y honestidad, Victoriano supo granjearse la confianza de los trabajadores, a la vez que fue valorado su trabajo de forma positiva por la empresa. Consiguió ser jefe de galería donde la mayor profundidad que ofrecía la mina llegaba a los quince metros. También fue responsable de los capataces. Era el único minero al que le dejaban entrar al trabajo con reloj. Lo hacía con uno de acero de la marca Roskopf, fabricante suizo que lo inventó para ser destinado a un tipo de cliente que respondiera a la clase proletaria de entonces, pero que no sería la primera en adquirirlo, sino aristócratas y oficiales del ejército.

Lo tuvo empeñado y desempeñado en varias ocasiones, lo que denota como era lógico que no todo era jauja en la economía familiar. Más tarde, lo heredaría su nieto Fernando Calvo Gómez, obrando en estos momentos en poder de su hija mayor, Maribel Calvo Ortega, que realizó Medicina en la Universidad de Málaga así como el doctorado de Psiquiatría, ante su obsesión por el tiempo que arrastra desde que preparaba la especialización.

En la anterior huelga a la de 1920 de la minería de Nerva, sucedida en agosto de 1917, que duró escasos días, habían tenido lugar manifestaciones y enfrentamientos con víctimas, coincidiendo con un llamamiento nacional de huelga revolucionaria. Fuente: José Juan de Paz Sánchez. Diario Huelva Información. 20.08.2017.
Pero, en esa cuenca minera la que sería célebre fue la huelga que se desarrolló en 1920 con duración de nueve meses afectando a más de once mil trabajadores, con repercusión a nivel nacional e internacional. Más de tres mil niños acompañados por sus madres tuvieron que ser distribuidos por distintos puntos de Huelva y de España para ser alimentados ante el panorama de miseria que ofrecían sus familias sin cobrar los padres durante meses. Una de esas expediciones más sonadas es la que se llevó a cabo de la mano de la UGT y del PSOE e incluyendo a más de doscientos menores con destino a la capital de la nación. Fueron realojados en domicilios de familias de obreros madrileños, asistiendo a comidas y desayunos que se organizaban en la Casa del Pueblo de la capital. Fernando Calvo fue en solidaridad con ellos uno más y se encargaba por cuidar de estos menores y velar por su mejor estancia en Madrid.

Victoriano comentaría con su familia que esa dispersión que hubo de niños y madres por toda España fue debido también a una táctica para resistir mejor ante las presiones de la empresa a la que achacaban en anteriores huelgas sus fracasos por las represalias que ejercieron sobre las familias, mujeres y menores, de los trabajadores.

Coincidió esta lucha reivindicativa, que abarcó todas las divisiones laborales, incluidas las oficinas y las ferroviarias, con la publicación a finales de ese mismo año por la escritora cántabra Concha Espina de una novela que alcanzó cierto éxito donde se recogían las duras condiciones de trabajo impuestas por la empresa inglesa y lo que habían significado, como reacción de los trabajadores, la larga tradición de huelgas mineras sucedidas. La obra se titula, ‘El metal de los muertos’. Con la lectura que hizo Victoriano Calvo, que vivió el conflicto en primera persona al igual que el de 1917, tachó su contenido de relato falseado sobre cuanto acaeció, además de que lo calificara de enormemente tendencioso.

Claro que nos quedamos, al no poderle preguntar, sin saber si el padre de Fernando Calvo se refería en esa valoración negativa que le merecía la visión transmitida de la huelga de 1917 conteniendo la obra de la escritora cántabra además flash donde se entremezclan episodios de lo que fueron las otras huelgas de 1913 y de la sangrienta con disparos de 1888 caricaturizando en exceso a los obreros de esclavos de otra época y a veces como sumisos; o por el contrario era en alusión a la de 1920, cuando resulta que la novelista había viajado a Nerva en la primavera de 1917, con estancia para tal fin de un par de meses, aunque editara el libro con posterioridad, siendo ya finales de 1920, en pleno apogeo del nuevo y prolongado paro.

A los trabajadores de la mina se les obligaba por parte de la compañía inglesa a que sus hijos estuvieran escolarizados de cara a que aprendieran a leer y a escribir, para lo cual el joven Fernando Calvo, contando con 15 años, tras ser contratado como docente para tal fin, comenzó de forma no oficial a ejercer de enseñante de este alumnado. En este sentido, fue nombrado maestro auxiliar por la empresa para tal encomienda. La compañía disponía en toda la cuenca minera de ocho escuelas con un total de más de dos mil doscientos alumnos, de los que en Nerva eran algo más de trescientos sesenta niños, unas ciento sesenta niñas y por encima de los ciento ochenta párvulos.
Y es que Fernando Calvo de la Fuente a los 14 años, al final del curso 1913-14, siendo dieciséis de junio, había acabado en el Instituto General y Técnico de Huelva el último examen, obteniendo el título de Magisterio de Primera Enseñanza Elemental, que era de un año, con nota en la reválida de sobresaliente.

No obstante, continuó estudiando el Magisterio Superior, compatibilizándolo con sus clases a los descendientes de los trabajadores de la mina, carrera que culminó en el curso 1917-18 en la Escuela Normal de Maestros, también sita en la capital onubense.

Por problemas, arrastrados desde la huelga de 1920 con la empresa minera donde estuvo trabajando su padre que ya andaba jubilado desde 1921, no sabemos si esto último como represaliado tras el fin de la huelga, figurando domiciliado en la nervense calle de Cassola número 21, Fernando decide el dos de febrero de 1924, ante el notario de Valverde del Camino, dar curso legal a su titulación de Magisterio y concursar para la obtención de una plaza oficial de maestro nacional fuera de donde vivía. Eso fue lo que le llevó, al curso escolar siguiente, 1924-25, a marchar a la gaditana localidad de Jimena de la Frontera donde había conseguido destino en abril, tomando posesión en septiembre de 1924.

Cuando ambos maestros, María Manuela y Fernando, llegaron a Jimena, con la diferencia en el tiempo de un curso, se encontraron un pueblo en decadencia como se hallaba gran parte de España, sumido en el subdesarrollo, con altas tasas de analfabetismo, pero donde, carente de explotaciones mineras y de otras industrias, se vivía abrumadoramente del sector primario, campo y monte, con mucha población infantil a espaldas de ser escolarizada. Las necesidades extremas de sus familiares, obligaba a que esa infancia fuera tempranamente empleada como mano de obra barata en el campo, en la ganadería extensiva, como cabreros o porqueros, y las menores limpiando casas, haciendo mandados o como cuidadoras de bebés, «niñeras», de familias pudientes; cuando no utilizados para el tráfico de contrabando con los productos provenientes de Gibraltar. Al darse como predominante el latifundio, la desigualdad social era lo que imperaba, destacando una minoría caciquil insaciable que lo acaparaba todo.

El ambiente político y social en ese tiempo, gobernaba el país la dictadura de Primo de Rivera, estaba de lo más enrarecido y, conforme fueron pasando los meses, el ascenso del republicanismo en los sectores profesionales y capas medias de la localidad fue yendo a más, así como el renacer de la masonería, -ya había gozado de cierta presencia en la localidad a finales del siglo XIX-, encontrándose con notable expansión en la Comarca, sobre todo en la ciudad de la Línea de la Concepción que recibía la influencia directa de las logias establecidas en Gibraltar. En tanto, el anarquismo se fortalecía, como ideología y práctica sindical, entre la clase jornalera y obrera. Se olfateaba que pronto vendría un ciclo político nuevo ante el desgaste tan tremendo que acumulaba la Corona.

Poco tiempo después del encuentro entre ambos maestros, comenzó un noviazgo entre Fernando y María Manuela, que se consagraría, no en el Santuario de la Reina de los Ángeles de Jimena de la Frontera como era lo tradicional en la localidad sino, en Málaga capital, en la iglesia de los Mártires, por hallarse residiendo la mayoría de la amplia saga familiar de María Manuela.

Aconteció la ceremonia religiosa matrimonial el 30 de mayo de 1928, actuando de padrino el tío de la novia, Bonifacio Gómez Martínez, -afamado farmacéutico de la ciudad que fundara en el año 1886 su célebre botica de calle San Juan que permanece hoy en día abierta al público-, y de madrina, su hermana Ángeles Gómez de la Cruz. Tras la boda, y después de viajar por el litoral malagueño de luna de miel con estancia en Estepona donde María Manuela conservaba amistades de cuando estuvo allí destinada como docente interina, al regresar a Jimena se irían de su hospedaje en la fonda La Perla a vivir un poco más arriba de la misma calle Sevilla pero en la acera de enfrente, en su entonces número 59, reservado por el ayuntamiento a los matrimonios de maestros, donde en la planta alta del inmueble el marido impartiría las clases y en la parte baja se hallaba el patio para el recreo del alumnado y bajo techo el hogar familiar.

El inmueble daba en la parte de arriba a una ferretería, la de Juan Ferrer Rodríguez, que poco después pasaría a ser alcalde, y más tarde un gran masón republicano; y por debajo, el juzgado que, tras la ocupación militar por los golpistas en septiembre de 1936, pasó a ser tienda de tejidos, titular de Francisco Núñez Piñero. El nuevo inmueble para presuntamente impartir justicia se trasladó a la calle San Sebastián número 15, en lo que había sido el cuartel del Cuerpo de Carabineros que se mantuvo leal al Gobierno, por contener más espacios al objeto de utilizarlo también como cárcel al quedarse pequeña, ante tantos republicanos detenidos, la ubicada en los bajos del Ayuntamiento. En esa misma casa y aula para los maestros sería luego ubicado el maestro que lo sustituyó, Bernardo Periñán Guerrero, que llegó a Jimena desde Chiclana, acompañado de su mujer Dolores Salguero Almero, pocos meses antes de producirse la sedición militar y que a partir de junio de 1938 sería el segundo alcalde franquista de la localidad. Por el otro lado de la pareja, María Manuela impartía sus clases un poco más arriba de la misma acera, una vez pasado el Ayuntamiento y el cine de verano del médico José Montero, que década y media más tarde ya bajo la Dictadura de Franco esa casa sería la sede del partido único, Falange Española.

A los diez meses de la boda, siendo ya el tres de abril de 1929, había caído pocos meses antes la dictadura de Primo de Rivera, vendría al mundo el primer hijo del matrimonio, al que le pusieron el nombre del padre, Fernando. Justo un año después, nacerían las gemelas, María Teresa, que fallecería al año siendo enterrada en Jimena, y María Manuela que sobrevivió.

Asimismo, el veintiuno de mayo de 1931, ya bajo la Segunda República, volvió a alumbrar María Manuela una nueva hija a la que llamaron también María Teresa, repitiendo el mismo nombre de la recién fallecida. Y, finalmente, en la fecha de veintisiete de enero de 1933, hallándose todavía el matrimonio en el ejercicio de la docencia en la misma localidad, nació el que sería el último descendiente, Felipe.
Antes de la caída de la monarquía bajo el reinado de Alfonso XIII, Fernando Calvo era miembro destacado de la Comisión Organizadora de la Agrupación al Servicio de la República de Jimena. El decano de los republicanos jimenatos era Jacinto Boza Coronil, trabajador del campo, autodidacta, que vivía en la calle Sagasta (la parte del barrio arriba de calle Sevilla) que pasó luego a llamarse 14 de Abril. Tenía 72 años.

El día siguiente de la proclamación de la II República en toda España, por orden del gobernador militar del Campo de Gibraltar dirigida al alférez de los carabineros de Jimena de la Frontera, se le instó a Juan Ferrer Rodríguez a que cesase en sus funciones de primer edil y le fuera entregado, en sesión extraordinaria de Pleno, entonces llamado Concejo, el gobierno municipal a los representantes del Comité del Partido Republicano Federal y al Comité de la Agrupación Local al Servicio de la República.

Juan Ferrer Rodríguez, el referido ferretero, había tomado provisionalmente las riendas del ayuntamiento de Jimena a inicios de 1930 tras la caída de la Dictadura de Primo de Rivera, sustituyendo al dimisionario, Gonzalo Vallecillo Jiménez, que vino ejerciéndolo hasta entonces.
El Pleno municipal de relevo de la alcaldía se celebró el jueves 16 de abril de 1931. En él quedó designado como Alcalde Presidente honorario de la localidad, el decano Jacinto Boza Coronil. Y como alcalde ejecutivo Presidente del Ayuntamiento, Fernando Calvo de la Fuente.
El nuevo alcalde, Fernando Calvo de la Fuente, duraría tan solo cinco días. Por instrucciones de la superioridad gubernativa en una interpretación que fue forzada por el abogado y hacendista de la localidad, secretario local del partido de Alejandro Lerroux, Pedro Llinás del Villar, la legalidad republicana estaba conferida al Comité Republicano Federal por estar dotado de personalidad jurídica y no a la Agrupación al Servicio de la República. Hubo pues de convocarse por urgencia otro Pleno municipal que tendría lugar el siguiente martes, 21 de abril, donde sería designado como alcalde el propio Pedro Llinás del Villar. El disgusto de Fernando Calvo por la maniobra es de imaginar. El comentario que realizó a sus íntimos lo dice todo: «han ganado otra vez los caciques de siempre». Ese enfado no le llevó a abdicar de su republicanismo ni tampoco a apartarse de sus ideas de regeneración cultural y de justicia social que necesitaba España.
Los niños empezaban a crecer y comenzaron a pensar los padres que con sus economías modestas y sin patrimonios acumulados, darles carreras como deseaban para los cuatro descendientes iba a ser más que complicado. En este sentido, pusieron sus miras en conseguir el traslado de ambos a Melilla donde la indemnización por residencia que se recibía allí por cada maestro desplazado, resultaba para su masa salarial un incremento de casi el cincuenta por ciento. No se imaginaban lo bien que les iba a resultar, al no pensar en absoluto lo que les podría haber sucedido si les hubiese pillado en Jimena la ocupación militar por los golpistas.
(Continuará: (y 4ª parte): Melilla, la guerra, la depuración y la jubilación: https://ignaciotrillo.wordpress.com/2022/06/28/maria-manuela-gomez-de-la-cruz-maestra-ilustrada-que-ejercio-en-la-jimena-republicana-y-4a-parte-28-06-2022/)
Nota: Al final de los episodios, figurarán los autores de los testimonios y la bibliografía empleada.
OTROS POST INCLUIDOS EN ESTE BLOG RELACIONADOS CON ESTA SEMBLANZA
María Manuela Gómez de la Cruz, maestra ilustrada que ejerció en la Jimena republicana (19.04.2022): https://ignaciotrillo.wordpress.com/2022/04/19/maria-manuela-gomez-de-la-cruz-maestra-ilustrada-que-ejercio-en-la-jimena-republicana-19-04-2022/
María Manuela Gómez de la Cruz, maestra ilustrada que ejerció en la Jimena republicana (19.04.2022): https://ignaciotrillo.wordpress.com/2022/05/16/maria-manuela-gomez-de-la-cruz-maestra-ilustrada-que-ejercio-en-la-jimena-republicana-2a-parte/
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Posted on junio 15, 2022
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