La crisis del PSOE-A y PSOE-MA (10.06.2024).

Posted on junio 10, 2024

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Dani Pérez, no te vayas todavía, achichárrate más

Ignacio Trillo

Qué cansino resulta analizar una y otra vez una muerte anunciada de larga agonía y sin que quienes tienen que tomar cartas en el asunto para impedirlo aparezcan en escena, ni tampoco se les espere, con lo que la aflicción se prolonga sine die de forma irreversible hasta que se produzca la irremediable extinción del organismo al que me refiero.

Se trata del PSOE de Málaga –entiéndase igualmente su hermano mayor el PSOE de Andalucía, pero que abordaré por equiparación con brevedad al final- cuyos análisis electorales he venido realizando desde la llegada del nuevo milenio, coincidente con su giro copernicano (aquella praxis que cuestiona radicalmente cualquier realidad evidente) donde dio paso a la mediocridad de sus liderazgos. En esa dinámica autodestructiva, se fue imponiendo el criterio contra natura de la ineficiencia, la insolvencia, la incapacidad, el demérito, la no especialización para cubrir los cargos orgánicos, y la ausencia de responsabilidades en la gestión y resultados. Se apostó por redes clientelares para el mantenimiento de esa rémora de ineptos que accedían al poder orgánico, donde se fue sucediendo la misma saga familiar –de Marisa Bustinduy a Miguel Ángel Heredia, a José Luis Espejo, a Dani Pérez- por mera biología humana, sin que la teoría de la evolución de las especies del científico Darwin fuera de aplicación para la mejora genética de la dirigencia. Simultáneamente, se fue produciendo una recomposición de la derecha política malagueña con un cuerpo electoral que iba dejando de votar a aquellas opciones políticas que interpretaba que estaban dirigidas más que por la excelencia por miembros más asimilables al género caprino. Pasaba a la historia aquella frase de «ponemos a una cabra y obtiene mayoría absoluta», expresada en época de exitosa borrachera del voto socialista en los años ochenta, procedentes del ingenioso hidalgo caballero don Alfonso Guerra, hoy más próximo a Aznar que a Pedro Sánchez.

En esa etapa de decadencia socialista que se inició, se apartó de la organización socialista todo lo que oliera a brillantez, sapiencia y experiencia, como dañinas competencias que amenazaban a los negados que tomaban la política como una profesión para toda la vida con base en la salvaguarda de sus propios intereses privaditos y no como un noble servicio público de práctica temporal. Se consumó la fusión de partido y administraciones allí donde se gobernaba, y la insaciable acumulación de puestos generaba una incapacidad de ejecutarlos, en tanto el empobrecimiento de una organización de la que empezaron a vivir toda una generación de pícaros espabilados, lógicamente extraídos de las Juventudes Socialistas, los del fracaso escolar al coche oficial, que venía acompañada de un desarraigo social e intelectual del partido que decían dirigir, convirtiendo las sedes en guetos, solo para votar cuando se convocaban elecciones y sin más debate que la lucha por puestos para emplearse, con desarraigo del tejido societario, asociativo y cultural del entorno, en tanto la calle fue siendo tomada por la derecha sin necesidad de las porras con que aquel Manuel Fraga furioso amenazaba la resistencia antifranquista.

  ¿Qué más tiene que pasar para que quede enterrado el PSOE de Málaga, en soledad, sin acompañamiento y por mor de su cuerpo electoral al que previamente abandonó? ¿Tiene que ocurrir qué ALVISE le supere en votos, como ha sucedido ya con Sumar y Podemos? En este sentido, el PP de Málaga se ha impuesto al PSOE en las elecciones europeas en la provincia de Málaga por primera vez en 15 años. Después de tres elecciones europeas en el segundo puesto, los populares han sido la fuerza más votada en este 9J, con un 38,74% por ciento, 13,52% puntos más que hace cinco años. El PSOE de Málaga, por el contrario, cae al segundo puesto, con un descenso de 7,12 puntos con respecto a las anteriores elecciones a la Eurocámara de 2019. A nivel malagueño, la diferencia actual del PP con respecto al PSOE es de 9,21% puntos, y a nivel estatal la diferencia del PSOE con el PP ha sido menos de la mitad.

En cuanto al PSOE de Andalucía, es la primera vez en la historia de nuestra democracia que pierde unas elecciones en todas las provincias de Andalucía. Juan Espadas, cuando perdió sus primeros comicios, van ahora cuatro, dijo «Si yo saco estos malos resultados y no me pilla recién llegado, hubiera dimitido de inmediato».

Juan, ¿a qué esperas ahora para dimitir, siendo consecuente con tus propias manifestaciones?

Ahora, insisto, es la cuarta cita ante las urnas de fracaso en fracaso a que Espadas ha llevado a los socialistas andaluces. Sí en aquellas elecciones autonómicas que Moreno Bonilla convocó por adelantado en junio del 2022, al no votarle VOX los presupuestos, la diferencia en Andalucía entre el PP y el PSOE, fue pasar de sacar Juanma Moreno, en noviembre de 2019, de 20,78% de los votos al 43,13%, en tanto Espadas retrocedía al 24,09%, frente al insuficiente 33,76%, logrado por el PSOE-A liderada la lista entonces por Susana Díaz.

Este domingo pasado, el PP pasó del 25,23% de las papeletas en las anteriores europeas de 2019, al 38,94% actual, en tanto el PSOE de Susana Díaz que consiguió en esa misma contienda continental hace cuatro años el 40,53%, se ha pasado hora al 32,17, presidido ya por Juan Espadas. Y que nadie interprete que estoy por el retorno de Susana Díaz, de aquellos barros, estos lodos.  ¿No es el mismo desastre el habido el pasado domingo a cuando el PSOE-A con Juan Espadas se presentó por primera vez, hace dos años, en unas autonómicas?

En el PSC de Salvador Illa, el único granero socialista que va quedando, pasa del 22,06% al 30,64%, pero donde, además, el País Vasco relega al PSOE de Andalucía, como segundo bastión, logrando ahora el 25,94, frente el 18,98 hace cinco años.

A Juan Espadas,  pues, le sobra «determinación y tenacidad», como él lo justifica este lunes de resaca, para continuar, y le siguen faltando cada vez más votos que es sinónimo en democracia de apoyo de la ciudadanía andaluza.

Perdone el lector si no ha logrado casar el título del artículo con su contenido. Lo he provocado intencionadamente, ya que habiendo pedido corrección de rumbo en prensa de papel desde las elecciones europeas del 2009 y nadie habiéndome hecho caso, he entendido que no figurando petición de dimisiones en el encabezamiento, algún dirigente de Ferraz equivocadamente podría picar, leerlo y reflexionar de una puñetera vez para enterarse lo que viene pasando, en Málaga y en Andalucía, con el PSOE, lo que, unido a la falta de reacción de la escasa militancia de base que conservan, a la vez, en su mayoría, contagiada por el mismo virus;  al objeto de que se obliguen a abrir urgentemente los quirófanos y ponerse con el bisturí a operar a canal abierto, extirpando todos los tumores que le afectan. Por eso, dejo para el final el titular exacto de la columna: «¡Dani, vete ya!».

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